De conformidad con el Programa de Resultados Preliminares (PREP), implementado y administrado por el Instituto Electoral del Estado de México, al 5 de junio los datos de la elección correspondiente al Gobernador del Estado (se omiten los nombres de los candidatos por ser de todos-as- conocidos) presentan el comportamiento siguiente: 1. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), junto con los partidos Encuentro Social (PES), Nueva Alianza (PNA) y Verde Ecologista de México (PVEM) sumaron 1,955,347 votos; les siguen, en orden descendente: 2. Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) con 1,786,962 votos; 3. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) con 1,031,791 sufragios; 4. El Partido Acción Nacional (PAN) con 654,681; 5. Luego hay 176,168 votos nulos; 6. 123,324 votos para la candidata independiente; 7. 62,643 para el Partido del Trabajo; y 7,641 votos para candidatos no registrados.
En ese contexto, la diferencia entre el primer (PRI y partidos) y el segundo (MORENA) lugar es de 168,385 votos, equivalente a un 2.9%.
Como un observador externo, se puede apreciar que si el PRI y sus partidos pequeños se hubieran aliado con cualquiera de los otros partidos (a excepción de MORENA, claro) habría obtenido una victoria prácticamente sin cuestionamientos. Si MORENA se hubiera aliado con el PRD y/o el PAN habría ocurrido algo similar, una victoria prácticamente inobjetable; pero si MORENA se hubiera aliado con la candidata independiente y se hubiera reenviado el voto otorgado al declinado candidato del PT (algo muy discutido por el PT) a MORENA (algo no difícil), entonces MORENA habría ganado con un margen estrecho. Los votos nulos habrían jugado un papel de catalizador en uno o en otro sentido.
En ese contexto, parece que tanto PAN como PRD, solo teniendo en cuenta los resultados de la elección del Estado de México, habrían ganado en alianza con el PRI o con MORENA, pues entre ellos juntos ni siquiera habrían alcanzado un segundo lugar.
Lo que los datos dicen, en el contexto actual, es que todos los partidos, tenían fuertes incentivos para aliarse en diversas maneras para capturar la mayor proporción de votos. El único que lo hizo fue el PRI con los partidos pequeños, pero incluso el PRI tenía fuertes incentivos para buscar mayores alianzas.
Parece, entonces, que si no se hizo así, es que los principales partidos (MORENA, PAN, PRI y PRD) introdujeron elementos ajenos a la elección del Estado de México, para ponderar su alianza.
Quizá el PRI apostó el voto duro, al cautivo, a sus alianzas "tradicionales" y al temor de la población a votar (recuérdense los episodios de arrojar cabezas de cerdo en lugares de MORENA, por ejemplo); MORENA, quizá consideró que el apoyo "magisterial" era suficiente (también quizá no tuvo oportunidad real de más alianzas), y el PAN y el PRD, parece que más bien jugaron a hacer perder a MORENA y, por extraño que parezca, a hacer ganar al PRI, restando votos a MORENA.
La razón, en el fondo parece que está en una esencial, que MORENA no ganara en suelo mexiquense de cara a la elección presidencial de 2018 y dejar espacio para una negociación posible de algunos partidos para la misma elección presidencial.
Así, pensar que todos aquellos que no van a la cabeza, perdieron, es un sofisma; la verdad, todos ganaron, menos MORENA.
El PRI, en el contexto actual, conserva la gubernatura y su influencia hacía el 2018; el PAN y el PRD, restaron fuerza al proyecto presidencial de MORENA y desde su punto de vista dejaron abierto el camino para sus potenciales candidatos presidenciales.
Quizá se pueda considerar que MORENA ganó en presencia en el votante del Estado de México, pero no hay que pasar por alto que el grueso de sus votos vino del magisterio ¿cómo se comportará el magisterio en el 2018? Pues eso es un misterio, esto es, no es fácil saber si los profesores mantendrán la fidelidad a MORENA o se acomodarán con otro partido.
En ese talante, parece que todos los partidos ganaron, menos MORENA. El PRI y sus partidos pequeños, en el contexto actual, ganaron de manera directa; el PAN y el PRD, ganaron al hacer perder a MORENA, y MORENA parece que simplemente perdió.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que acudió a las urnas, poco más del 51% de los votantes de la lista nominal, esto es, más de un 5% que las pasadas elecciones de gobernador de 2011.
Los indecisos, parece pues, que se repartieron entre los diversos partidos en contienda, sin que se decantaran por un partido y/o candidato específico.
Así, parece que el viejo lema de "divide y vencerás" tuvo éxito en las pasadas elecciones de 4 de junio en el Estado de México.
Ahora, está en puerta la judicialización de las elecciones del Estado de México, y la verdad, es poco probable que el resultado se revierta, pues la interpretación de una nulidad de las elecciones se cierra a las causales previstas en la Constitución, con todo y que la reenvíen a la legislación local (no veo posible que los órganos jurisdiccionales sostengan un criterio de nulidad allende los márgenes constitucionales-legales expresos)
Como invitado especial que fui a observar actos esenciales de la jornada electoral de 4 de junio en el Estado de México, puedo decir que no advertí en la jornada de voto, hasta donde pude ver, incidentes graves que trascendieran a la elección, pues si estos ocurrieron no se dieron en ese momento y si es que se realizaron fueron al margen de la vida institucional (lo cual no niega que pudieron haberse realizado) algo que difícilmente se puede probar, lamentablemente.
También quiero expresar el descontento que pude observar de la mayoría de los servidores públicos electorales de la República, por las distorsiones que acarrea el tener un reparto competencial ambiguo y vago en materia electoral, que teje inconformidades entre el INE y los órganos públicos electorales locales y crea distorsiones en el funcionamiento electivo. Me parece que deben re-pensarse las bases constitucionales en materia electoral.
Y de manera final, he de hacer notar el apresuramiento de varios analistas que han dado por bueno, sin fundarse en estudios serios, que el virtual triunfo del PRI y los partidos pequeños en el Estado de México, tuvo consecuencias directas y decisivas en el cambio de la moneda mexicana frente al dólar americano y que esto, a su vez, indica el rechazo de manera directa a un proyecto presidencial "populista". La verdad, esto solo se podría afirmar con base en estudios serios, no con intuiciones tan holgadas.
En fin, mucho hay por ver y oír.
