Por: Josimar Lara/@Josimar2188
En los tiempos que se discuten sobre muros que dividen países, desde el pasado mes de noviembre cerca de 160 millones de mariposas cruzaron las fronteras de Canadá, Estados Unidos y México para hibernar en uno de los más grandes santuarios de más de 56 mil hectáreas.
Como todo migrante, su andar no es nada fácil, las tormentas invernales y el cambio climático han cobrado la vida de varias mariposas en el trayecto, pero también años atrás su hogar fue amenazado por la tala clandestina en la reserva natural michoacana, lo que ha ocasionado que este año sólo 60 por ciento de la población haya elegido los bosques al Oriente de la entidad.
A pesar de las adversidades, este insecto, que se distingue por su color naranja y negro, ofrece uno de los espectáculos naturales con gran colorido al apropiarse de los árboles en su proceso de cortejo.
Las mariposas Monarca no conocen tampoco de nacionalidades, pues en ocasiones "saludan" por igual al posarse en los turistas que llegan al santuario, no importa que sean de China, Canadá, Estados Unidos, Brasil u otra nacionalidad.
"Por eso ahora es utilizada como símbolo de varias asociaciones migrantes, porque la Mariposa es libre, no conoce de fronteras", comenta uno de los ejidatarios que guía a un grupo de pasantes.
En los próximos meses nacerá la nueva generación de mariposas Monarca que volarán en marzo hacia Estados Unidos y Canadá, tal vez ninguna regresará a México, pero porque su ciclo de vida dura sólo unas semanas, no por la construcción de un posible muro que se los impida.
