Jauja en medio del “gasolinazo”

Jauja en medio del “gasolinazo”

En el marco de la histórica cadena de crisis que ha vivido México y que se ha imputado  de manera personal y también de manera constante a los diversos titulares del Poder Ejecutivo Federal (sólo por recordar, traigo a cuento la fallida administración de la riqueza de José López Portillo, el error de diciembre de Ernesto Zedillo Ponce de León, la también fallida guerra calderonista contra la delincuencia, o bien, el más reciente fenómeno del "gasolinazo") hoy nos encontramos en medio de un eslabón más de esa cadena de crisis, en el cual el "gasolinazo" no es más que una de las muchas caras de la crisis en curso.

No es la intención, en absoluto, minimizar la responsabilidad ni las consecuencias del nocivo fenómeno del "gasolinazo", sino situarlo como un evento más de esta extensa y continuada crisis que vivimos, la cual es a todas luces inadmisible.

También quiero decir que si el "gasolinazo" ha desatado expresiones de inconformidad social legítima (se ha aprovechado y procurado aprovechar igual por otros agentes, pero con intenciones "oscuras") no hay que perder de vista el enjambre de personajes y causas diferentes pero igual o más cuestionables en esta cadena de crisis.

Así, me parece que con un criterio "facilista" hemos unificado o personalizado de manera concreta las causas y responsabilidades de la crisis (pobreza ↔ gasolinazo ↔ presidente) y vuelvo a decir que causa y persona tienen una gran responsabilidad en la crisis actual, pero ¿por qué soslayar el continuo de reformas que desde mediados de los 80 del siglo pasado preconizaron un modelo económico neo liberal en el cual la competencia que debiera ser un principio vivo es sólo un fantasma? ¿Por qué olvidarnos de la llamada reforma energética y de quienes la votaron en el Congreso de la Unión? ¿Por qué dejar de lado a los partidos políticos y legisladores que la impulsaron? ¿Cuál es la responsabilidad de la clase política en general en la crisis? ¿Por qué no cuestionar a la clase empresarial, a aquellos de la cúpula, no a los pequeñitos o micro-empresarios, sino a los empresarios de "arriba" que en medio de esta crisis no quieren renunciar a un céntimo de sus ganancias y por eso aumentan los precios en proporción y atizan responsabilidades en las cuales no se incluyen, pese a su apetito alargado de ganancias? Incluso ¿Por qué no asumir nosotros mismos que hemos dejado de hacer muchas de las cosas que nos corresponden como ciudadanos comunes? (En el caso del ciudadano común, la disculpa puede cifrarse en que está sujeto a consecuencias indeseables de las cuales alguien difícilmente le defendería o le brindaría apoyo)

Pero, en medio de la crisis, hablando de las cosas públicas, hay que mirar un sólo botón de muestra para aclarar que hay quienes aún así viven en Jauja ¡y no les importa el resto del país!

La Cámara de Senadores, por ejemplo, de tener un presupuesto en 2015, de $4,019,177,269 (cuatro mil diecinueve millones ciento setenta y siete mil doscientos sesenta y nueve pesos) pasó a tener en 2017 un presupuesto de $4,541,972,587 (cuatro mil quinientos cuarenta y un millones novecientos setenta y dos mil quinientos ochenta y siete pesos) lo cual significa un incremento de aproximadamente un 13%.

La Cámara de Diputados, de tener en 2015 un presupuesto de 7,339,166,195 (siete mil trescientos treinta y nueve millones ciento sesenta y seis mil ciento noventa y cinco pesos) para 2017 pasó a tener un presupuesto de 7,629,432,185 (siete mil seiscientos veintinueve millones cuatrocientos treinta y dos mil ciento ochenta y cinco pesos), esto es, ha tenido un incremento del 3%.

Pero quien ha sido el verdadero ganador en medio de toda esta crisis es el Poder Judicial de la Federación (comprende a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Consejo de la Judicatura Federal y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) pues este poder público, de tener en 2015 un presupuesto 51,769,068,710 (cincuenta y un mil setecientos sesenta y nueve millones sesenta y ocho mil setecientos diez pesos) en 2017, ha pasado a tener un presupuesto de 69,477,231,563 (sesenta y nueve mil cuatrocientos setenta y siete millones doscientos treinta y un mil quinientos sesenta y tres pesos) lo cual significa que ha incrementado su presupuesto en un 34%.

El dato es oprobioso si se sabe que en los poderes Legislativo, Judicial, la gran mayoría de las dependencias y en los órganos constitucionales autónomos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral, el conocido como INAI (antes IFAI) o el INEGI, entre otros y los cuales también tienen presupuestos harto criticables (sobre todo si se consideran sus modos de actuar y resultados) consumen la mayor parte de sus presupuestos en percepciones y salarios de sus mandos medios y superiores, pero especialmente de los superiores.

Para que usted, que amablemente lee esta columna, cuente con mayores elementos de indignación, analicemos sólo las percepciones de ministros, consejeros y magistrados del Poder Judicial de la Federación, con datos del "Manual que regula las remuneraciones de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación para el ejercicio fiscal de 2016", publicado el 26 de febrero de la pasada anualidad en el Diario Oficial de la Federación:

-Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN, en adelante): EL MINISTRO PRESIDENTE DE LA SCJN, INGRESÓ EN 2016: $4'088,998.00 por concepto de percepciones netas, LO CUAL QUIERE DECIR QUE CADA HORA DE CADA UNO DE LOS DÍAS HÁBILES O INHÁBILES DE 2016, AÚN DURMIENDO, EL PRESIDENTE DE LA SCJN, GANÓ APROXIMADAMENTE $467, SUBRAYO POR HORA, esto es, EN UNA HORA CASI 6 VECES EL SALARIO MÍNIMO GENERAL DE 2017 QUE ES DE $80.04 pesos.

-Magistrado Presidente de Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF, en adelante): EL MAGISTRADO PRESIDENTE DEL TEPJF, INGRESÓ EN 2016: $4'041,797.00 por concepto de percepciones netas, LO CUAL QUIERE DECIR QUE CADA HORA DE CADA UNO DE LOS DÍAS HÁBILES O INHÁBILES DE 2016, AÚN DURMIENDO, EL PRESIDENTE DEL TEPJF, GANÓ APROXIMADAMENTE $461, SUBRAYO POR HORA, esto es, EN UNA HORA CASI 6 VECES EL SALARIO MÍNIMO GENERAL DE 2017.

-Un magistrado de la Sala Superior del TEPJF, tuvo percepciones netas anuales por $2,546,729.00.

-Un consejero del Consejo de la Judicatura Federal de $2,579,072.00.

-Un ministro de la SCJN de $2,638,453.00.

– Un magistrado de circuito del Poder Judicial de la Federación de $2,463,504.00.

Lo peor del caso es que, para este año 2017, ya se incrementaron sus percepciones, especialmente los mandos superiores, y para indignarle aún más, pongo en su conocimiento que prácticamente todos estos personajes, perdón, "servidores públicos" del Poder Judicial de la Federación al parecer se otorgan, al menos, hasta tres bonos por año, cada uno por el valor de un mes de su salario, que cuentan con chofer, secretarías privadas, viáticos, a muchos de ellos se les apoya para que realicen estudios en el extranjero (vaya usted a saber si estudian o se pasean por Benidorm –son asiduos a los cursos en España- y no asisten a clases) entre otra serie de largos beneficios.

Por desgracia, es algo común que la gran mayoría de los titulares y mandos superiores de las dependencias administrativas, órganos públicos descentralizados, de los órganos constitucionales autónomos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Presidente y Visitadores Generales), el Instituto Nacional Electoral (Presidente y Consejeros), el conocido como INAI (antes IFAI, su Presidenta y Consejeros), del INEGI, entre otras de muchas entidades públicas, tienen salarios que oscilan más o menos en $200,000.00 pesos mensuales.

Y, para que usted termine por indignarse en medio de esta crisis –en la cual se da apoyo a muchos de esos servidores públicos para gastos de gasolina- debe usted hacer cuentas de que si una persona común gana al mes $2,400.00 pesos, en función del salario mínimo general de $80.04 pesos, esa persona, para ganar un mes del salario de esos poderosos (de alrededor de más o menos $200,000.00 pesos) tendría que trabajar entre 7-9 años para ahorrar el equivalente a un mes de salario de aquellos altos servidores públicos, eso sí, sin gastar un solo céntimo, sin seguros de gastos médicos mayores, sin seguros de separación individualizado, sin tener derecho a enfermarse, sin bonos, sin secretarias, sin comidas gratis, sin choferes…y si, sin reconocimiento y sin que se le tome en cuenta.

En medio de esta crisis continuada, hay quien vive en Jauja ¿y qué?

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