Los reyes son soberbios y mandones, Cristo sabe servir hasta dar la vida por sus amigos. Nos pide ser como él.
En tu vida. El rey que sirve no es ese que están pensando, no es el gobernador ni el presidente ni los hombres muy "machos". Es Cristo y sus discípulos de verdad.
Los chicos también quieren ser servidos y no servir, tirados en el sofá quieren que les sirvan la bebida, la comida chatarra. No saben servir en nada.
Dios habla. El hombre quiere ser como Dios, grande, poderoso, estar sobre los demás y mandar. Es la imagen que dan los poderosos del poder y del dinero.
Los "machos" mexicanos son verdaderos tiranos, déspotas Insoportables, mandones, que no participan en los servicios más sencillos.
En la Iglesia también hay caciques, muchos señores que se complacen en estar sobre los demás, les gusta ocupar los primeros lugares y que los saluden en la televisión.
Cristo da una lección muy diferente, se hace hombre y viene a ser como el último de los hombres, como servidor. El hijo de Dios tomó la forma de esclavo sirvió magníficamente hasta entregar su vida por los pecadores.
El servicio está unido a la humildad al amor. Dios es amor por eso tiene esa capacidad infinita de amar, sabe buscar a los que están en peligro por los criminales, por los asesinos. Realiza de una manera conmovedora, con gran ternura el trabajo del pastor que prodiga sus cuidados a sus ovejas: las busca, las cura, las lleva en sus brazos.
Así debieran ser los reyes de la tierra, presidentes, gobernadores, servidores públicos que no sirven agriamente a los pobres.
Esta es la manera como Cristo es Rey: el reinado de Dios es su presencia cariñosa y servicial entre los pobres y humildes.
Los católicos, discípulos de Cristo debemos tener la misma capacidad de servir con amor y ternura a nuestros hermanos, sobre todo los más humildes, los más pobres.
El compromiso es muy serio, de eso seremos juzgados inmediatamente después de nuestra muerte, ante el Tribunal Supremo de Jesucristo, juez supremo.
No se trata de servir a los ricos, eso todos lo hacen por interés, por quedar bien, por dinero. Se trata de servir a los limosneros, a los enfermos, a los que vuelen mal y son torpes, a los pobres indígenas, a los rancheros que los ricos tratan con desprecio.
En los más miserables, mugrosos, despreciables para los hombres hay que descubrir a Cristo que se identifica con ellos. "Tuve hambre y me diste de comer… Cuando lo hiciste con alguno de mis hermanos más humildes, conmigo lo hiciste".
Cuando despreciaste al pobre, molesto de mala traza, despreciaste a Cristo. Tuve hambre y no me diste de comer…. Cuando despreciaste al hermano más pobre que tú, despreciaste a Cristo, Rey del universo.
El castigo será terrible, de la gloria o el infierno. Los primeros irán a la fiesta de Cristo Rey en el cielo. Los segundos irán a las tinieblas, al lugar del tormento y la frustración en al infierno por toda la eternidad.
Seguidores de Cristo háganse sus discípulos, sirvan a los pobres como Ël. El mundo será diferente. Podremos entrar a la fiesta de las bodas eternas, con Cristo, rey eterno.
Que esa sea la tarea de hoy en adelante aprender a servir y hacerlo con inmensa delicadeza y ternura, con fe, siguiendo el ejemplo de Cristo.
Vive intensamente. Despierta. Hay una razón divina para ir al pobre y servirlo. Entren el proyecto de Dios, trabaja con entusiasmo y gana tu pase al cielo.
Cristo con nosotros. Cristo está aquí, él te da la energía para amar y servir a los pobres. Te alimenta con su cuerpo y con su sangre.
Para platicar en familia. ¿Hay quienes saben servir a los humildes en tu familia? Pónganse todos a trabajar en eso y todos entrarán al cielo después de su muerte.
