Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Una figura que se veía inevitable en la historia de América Latina ha partido a sus 90 años. Fidel Castro sobrevivió a más de 100 atentados, logró marcar un hito en las revoluciones armadas del siglo XX y convenció al mundo entero de que, quizá, estaba hecho de algo más que de carne y hueso.
El 2016, año cínico y catártico para la humanidad, ha visto morir a leyendas del deporte, la música, la literatura y ahora, aunque pareciera desde hace años posible, ha dictado el fin de la vida de Fidel Castro.
A su muerte se han sumado millones de reacciones en el mundo. Desde los puristas de la izquierda que lo alabarán al igual que la figura del Che Guevara, hasta las millones de personas que detestaron su gobierno gerontocrático y su trato a muchos cubanos disidentes.
En La Habana amanece un día anormal. Lejos de la monotonía de la isla y de las olas de siempre, la bahía despierta el silencio y ante una posible calamidad. Los más viejos lloran a su padre político y los jóvenes permanecen dormidos sin mostrar muchas reacciones.
Es en Estados Unidos, principal rival y dictador de la censura económica a la isla, en donde la fiesta se ha desatado. Miles de cubanos exiliados han sacado la champaña, han bailado rumba y han orquestado una fiesta que planeaban desde hace más de 40 años. Fidel ha muerto y su alegría dice muchas cosas.
Y es que es imposible que la política internacional no se duela de algún lado. La figura de Fidel era cosa única, un ejemplo de la perseverancia y la opinión de todo tipo sobre los gobiernos de todo el mundo. Fidel exhibió a Fox y su famosa frase de "comes y te vas". También criticó a Estados Unidos en la ONU y abrazó con alegría a Hugo Chávez, García Márquez y papá Hemingway.
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Al parecer, de la boca de toda persona nacida en América ha salido alguna vez la palabra Fidel. Puede que tenga un tono de odio o de admiración pero su imagen no será olvidada.
Donald Trump, por ejemplo, lo ha celebrado… y mucho. El recién electo presidente de Estados Unidos se ha lanzado de lleno contra el cubano, alegando que era un "brutal dictador que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas", cuyo único legado han sido la "pobreza", los "fusilamientos" y un "sufrimiento inimaginable" para su pueblo.
En cambio, políticos como Nicolás Maduro, Evo Morales o Enrique Peña Nieto han señalado otra faceta del cubano. Han puntualizado en los lazos más directos y destacado su labor guerrillera y luego presidencial.
