Morelia, Michoacán (MiMorelia.com/Carlos Albarrán).- Luego de que la diputada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Adriana Hernández Íñiguez, pusiera nuevamente "el dedo en la llaga" al revelar que el Teatro Mariano Matamoros continúa prácticamente en obra negra y que son necesarios 180 millones de pesos más para la finalización de los trabajos de este emblemático recinto, cabe recordar que inicialmente la inauguración se planeó de manera "milimétrica" para el 20 de noviembre de 2010, con lo que la remodelación del mencionado inmueble sumaría más de un lustro de retraso.
Cabe destacar que la crisis financiera y de credibilidad que enfrenta el proyecto mismo de renovación, estalló el segundo semestre de 2011, cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASM) reveló que ocho contratos de las empresas constructoras violaron la norma que establece la Ley de Obra Pública y que juntos costaron a los gobiernos federal y estatal 138 millones de pesos de los 190 que habían sido aplicados.
El hermetismo sobre los avances que supuestamente se tenían también causó sospecha en el máximo órgano fiscalizador del país, toda vez que el entonces Comité del Fideicomiso de Restauración -encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas Batel, quien a la postre demandaría penalmente al Gobierno del Estado de Michoacán- no aplicó las sanciones a las empresas que incumplieron con los acuerdos y que según su versión se tenía "un 90 por ciento de avance".
Otros aspectos que señaló en su momento la ASF fueron la carencia de un proyecto técnico, la mala calidad de los materiales utilizados y las compras (hechas en dólares y euros, como informó la parlamentaria priísta) y que no han aparecido; mientras que el equipo restante permanece empaquetado y se teme que haya quedado obsoleto.
El Comité Técnico de la obra se instaló el 29 de febrero de 2008 y hasta la fecha no hay nada en claro, la restricción a los medios informativos fue y sigue siendo total, mientras que tampoco hay autoridad que explique dónde están los 190 millones de orden federal que consumió la remodelación del teatro que sería la joya de la Corona en el festejo del Bicentenario de la Independencia en Michoacán y que en este momento sólo funciona como refugio para indigentes.
