Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Debido a la crisis económica que ha generado la pandemia del Covid-19, recolectores de resina de pino en Michoacán pidieron, a través de un posicionamiento, que las autoridades estatales implementen un programa emergente para atender a alrededor de 10 mil familias que dependen de dicha actividad, la cual fue suspendida por la emergencia sanitaria y provocó que dejarán de percibir ingresos económicos.
En el documento se explica que los ingresos que las familias obtienen por la recolección de resina es de aproximadamente de 50 mil pesos por año, el cual se destina en su mayoría para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, así como la compra de cuadernos, lápices y utensilios para las actividades escolares de niños.
Además, en el posicionamiento se destacó que el Covid-19 golpeó severamente a todos los eslabones de la industria resinera, sin embargo, las más afectadas son las familias recolectoras de resina que su economía depende de la permanencia del bosque, el cual cuidan, pero tampoco tienen acceso a los servicios de salud o no están dados de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que corren el riesgo de pasar de ser pobres a extremadamente pobres, inclusive a un nivel de pobreza alimentaria.
Por ello, los recolectores de resina de pino han solicitado un plan o programa emergente que apoye a este sector, con medidas como la asignación de un ingreso mínimo de alrededor de 3 mil 200 pesos mensuales para adquirir la canasta básica, pero bajo un esquema de trabajo temporal y que permita la conservación de los bosques, así como que sea con igualdad de género.
Entre las peticiones también se menciona el que se impulse un programa de emergencia para el acopio de resina de pino de estos productores, ya sea a través de la capitalización de las industrias de procesamiento del sector social o bien como un ente intermediario; para que el apoyo vaya dirigido a las resineras comunitarias de la Asociación Regional de Interés Colectivo y a las ubicadas en las comunidades indígenas de San Francisco Cherán, Nuevo San Juan Parangaricutiro y San Francisco Uruapan.
Otros dos puntos que señalan es la de impulsar la creación de un fondo de emergencia para la atención, reactivación y fortalecimiento de las industrias sociales resineras de Michoacán; así como fomentar la organización de las comunidades y ejidos resineros para fortalecer el manejo forestal comunitario a fin de darles la capacidad de negociación que requieren ante la volatilidad del precio de la resina, que es unilateralmente fijado por parte de la industria.
Por: Josimar Lara/R
