La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, que realizaron de manera conjunta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), generó un dato alentador: en un lapso de 3 años el número de mexicanos que cuentan con un producto financiero (cuenta de nómina, de ahorro, crédito formal, seguro o Afore) se incrementó en 2 millones.
De acuerdo con ese estudio, de 52.1 millones en 2015, en 2018 sumaron 54 millones de personas que se acercaron a instituciones bancarias o financieras para el manejo de sus recursos, lo que representa casi la mitad de la población del país.
A pesar de esa buena noticia, coincido con la visión de quienes piensan que el ahorro sigue siendo una "ventana de oportunidad" en nuestro país. Y es que los números no mienten: de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), casi el 40% de la población en México no ahorra.
Entre quienes sí lo hacen, el 43.7% optan por lo que se conoce como mecanismos informales, como son, por ejemplo, las tandas, los préstamos personales, o incluso guardan el dinero "debajo del colchón", con los riesgos que ello implica.
Los expertos en el tema señalan que entre los factores que influyen en la preferencia por esos mecanismos informales están la desinformación, la falta de acceso de la población a la banca (población no bancarizada) y uno con el que seguramente muchos nos sentimos identificados: ahorramos para lograr metas a corto o mediano plazo, y postergamos el ahorro para el retiro.
Un propósito para el naciente 2020 podría ser informarnos sobre los beneficios del ahorro; sobre los productos y servicios que ofrece la banca e instituciones financieras, conocer muy bien nuestras finanzas personales para saber cómo gastamos y, ojo, detectar "gastos hormiga".
Como lo comenté en una ocasión anterior, ese gasto es la salida de dinero que solemos destinar a compras, por ejemplo, de refrescos, café, bocadillos, cigarrillos y alcohol, entre otros, y que de acuerdo con la Condusef llega a representar hasta el 12% de nuestro ingreso.
