Grecia (Rasainforma.com/Mar Pérez).- Arqueólogos griegos creen haber hallado la tumba del filósofo griego Aristóteles en unas excavaciones llevadas a cabo durante más dos décadas en la antigua ciudad de Estagira.
"No tenemos pruebas, pero indicios muy fuertes que rozan la certeza", declaró el director de las excavaciones, Konstandinos Sismanidis, quien presentó este jueves los resultados en el congreso internacional 'Aristóteles-2,400 años' celebrado en la Universidad de Salónica.
El equipo indicó que un edificio descubierto en 1996, debe ser el mausoleo de Aristóteles, tras analizar dos manuscritos en los que se hace alusión al traslado de las cenizas del filósofo a su ciudad natal de Estagira.
Los arqueólogos que trabajaban en Estagira desde el inicio de los años 1990 se sorprendieron que en medio de una fortificación del periodo bizantino hubiera restos de un edificio, cuyas características no coincidían con esa época ni con eras posteriores.
Los hallazgos en el interior de las ruinas del edificio sitúan su construcción al comienzo del periodo helenístico y los restos del techo encontrados en el yacimiento arqueológico demostraron que se había fabricado con tejas de la fábrica real, lo que demuestra que se trataba de un edificio público.
El edificio está situado entre una galería del siglo V a.C. y un templo de Zeus del siglo VI a.C., dentro de la antigua ciudad, cerca de su ágora, y con vistas panorámicas.
En el suelo del edificio hay un rectángulo de 1.30 por 1.70 metros, lo que corresponde a un altar.
Los arqueólogos sospechan que se trata de un mausoleo por lo antes mencionado y la forma del edificio que no permite atribuirle otro uso que el de una tumba.
Los expertos, concluyeron que probablemente la persona a la que estaba dedicado el mausoleo, era Aristóteles con la ayuda de dos documentos antiguos: una traducción en árabe del siglo XI d.C. de una biografía del filósofo griego y el manuscrito No. 257 de la Biblioteca Marciana de Venecia.
Ambos documentos precisan que cuando Aristóteles murió en 322 a.C. en la ciudad de Calcís (actual Calcidia) los habitantes de Estagira trasladaron sus cenizas a una urna de cobre, la pusieron en un mausoleo y a al lado de ellas construyeron un altar.
