Morelia, Michoacán (MiMorelia.com/Luis Nieto).- No había manera de caminar por el Centro Histórico de Morelia sin ver todo un paisaje de comercio informal y gente que se amontonaba entre puestos con miles de productos ilegales.
Entre locales de comida, ropa, juguetes, bisutería y dulces, la vida del moreliano en el centro de su ciudad era un total caos de transito. Cuando se informó que los comerciantes ambulantes serían retirados de muchas zonas de la capital moreliana, fue más la gente que estuvo de acuerdo.
Eran los noventas, una década que terminaría por marcar la más grande transición política en México. En Michoacán hubo elecciones en 1996 y el ganador fue el senador Victor Tinoco Rubí. A un año de terminar su mandato como gobernador de Michoacán, este político realizó uno de los más grandes proyectos que se han visto en la ciudad: la reubicación del comercio informal.
Es 2001, entrado el nuevo milenio la ciudad cambia y deja ver otra cara para muchos desconocida. De un día para otro la plaza Valladolid amanece vacía. Se ve por primera vez la real extensión del terreno que da entrada al templo de San Francisco y la Casa de las Artesanias. Era enorme y muchos niños de aquel entonces corrieron libres por primera vez sobre la inmensa explanada que hoy sirve para muy distintos eventos públicos.
Así aparecieron poco a poco postales que los morelianos reconocemos hoy como regulares, pero que en ese entonces resultaron novedosas. Los arcos de la avenida Madero estaban completamente transitables, muchas calles permitían por fin caminar por la banqueta.
De repente Morelia fue otra. Y los cambios seguirán llegando.
