Por: Josimar Lara/@josimar2188
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Dirigentes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Michoacán y de la Asociación Mexicana de Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (AMSCALL) firmaron un convenio de colaboración para especializar a los constructores del estado sobre mejor aprovechamiento de las precipitaciones.
En el evento, José Arturo Gleason, presidente del primer de Comité Directivo Nacional de la AMSCALL, explicó que a través de capacitaciones a los afiliados de la CMIC Michoacán se busca hacer un uso racional del agua de lluvia. pues, dijo, actualmente se va a los drenajes directamente, se mezcla con aguas negras, inundan o erosionan los campos agrícolas.
Precisó que en esta primera etapa de capacitaciones se abordarán temas para que se pueda captar el agua desde los hogares, para posteriormente dar paso a obras de mayor magnitud; por ello en el mes de noviembre se desarrollará un Congreso Nacional en Morelia en donde se expondrá la situación.
A su vez, el presidente de la CMIC Michoacán, Antonio Mazier Contreras, comentó que se estima que en un hogar se utilizan diariamente 200 litros de agua por persona, pero de los cuales 50 se consumen en las actividades diarias y 150 se van al drenaje; motivo por el cual la idea de este convenio es instalar un sistema de captación de agua de lluvia en por lo menos siete mil viviendas que se proyecta construir en el estado para el siguiente año.
Se estima que la instalación nueva de un sistema de captación de agua en una casa cuesta entre 30 mil pesos, y la adaptación va hasta 15 mil pesos.
Al asistir como testigo de honor, el coordinador estatal de Agua y Gestión de Cuencas, Germán Tena Fernández, expuso que los sistemas de captación de lluvia ayudarían a solventar la falta de agua en las más de 50 mil viviendas, la mayoría ubicada en zonas irregulares, que no cuentan con agua potable, y también para resolver la problemática de los mantos freáticos, ante la presencia de las ollas de captación de agua pluvial por las huertas de frutillas, berries y aguacate, que no permiten correr el agua en el subsuelo.
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