El ejercicio del derecho de acceso a la información está creciendo en Michoacán, lo que ha echado a andar la maquinaria ciudadana hacia un estado con mayor rendición de cuentas.
Esto ha creado un engranaje muy importante entre las personas y el Instituto Michoacano de Transparencia (Imaip), pues se les ve trabajando en conjunto y han generado un círculo virtuoso de exigencia, que hace a los sujetos obligados actuar conforme lo determina la ley.
El ciudadano se queja y, en consecuencia, el Imaip inicia procedimientos que permiten revisar que todos aquellos que reciben y ejercen recursos públicos entreguen la información solicitada.
De tal forma que, a la fecha, ya se tienen 622 expedientes de personas que presumen vulneración a su derecho de acceso a la información.
¿Cuál será la causa de tanto recurso de revisión? En un primer momento puede pensarse que los sujetos obligados no están capacitados para atender las solicitudes de acceso a la información; sin embargo, cuando se analizan las resoluciones emitidas por el Pleno del Imaip (publicadas para su consulta en la página oficial http://imaip.org.mx/) se llega a varias conclusiones: los sujetos obligados sí saben que tienen que entregar información, y se están capacitando y especializando en la materia, lo que se denota en la entrega de respuestas a las solicitudes de acceso a la información, que buscan dar de manera fundada y motivada; sin embargo, no solo los sujetos obligados están capacitados, sino que la sociedad civil ha invertido parte de su tiempo para conocer cómo solicitar información, y no solo ello, también aprender cómo emplearla para un fin personal o común. Así, los recursos de revisión ya no se concentran en la falta de respuesta a las solicitudes de acceso a documentos (como anteriormente sucedía), sino que atacan de fondo las respuestas que les otorgan: incompetencia legal, inexistencia o restricciones de la información.
Lo que, en consecuencia, genera este círculo, en el que el Instituto capacita a ambos sectores; los sujetos obligados dan respuesta a las solicitudes; los solicitantes se quejan de esas respuestas, lo que permite que el Instituto revise las actuaciones de aquellos y, a la vez, que los sujetos obligados se especialicen más en la materia. Así, los sujetos obligados entregan documentos que los ciudadanos reutilizan con el ejercicio de más derechos fundamentales, muchas veces nuevamente a través de otra solicitud de acceso a la información, lo que da origen, una vez más, al círculo que permitirá materializar un estado transparente.
