La gente más humilde tiene capacidad de sabiduría y criterio, puede conocer bien a sus candidatos para no dejarse engañar en las votaciones.
El Maestro venido de Dios tiene el secreto para conocer a las personas. El Evangelio de Juan presenta la mirada de Jesús sobre el hombre: cuando en Jerusalén con motivo de la fiesta de la pascua muchos creyeron en él al ver los signos "Jesús no confiaba en ellos porque los conocía a todos…. El conocía bien el interior del hombre (Juan 3, 23-24).
Para conocer a las personas un punto de referencia es la sabiduría de su Creador que tiene su expresión más alta en el Sermón de la Montaña, es como scanner para analizar a los individuos, su actuación en los acontecimientos.
Los problemas se conocen en toda su profundidad desde Dios, proclamaba Benedicto XVI.
La reflexión de siglos ha elaborado un sistema de valores y principios basados en dos grandes plataformas, la primera es el amor que es renunciar a los fajos de billetes y al placer de mandar, que es dar la vida por la persona amada. La otra es la justicia que es verdad y consiste en dar a Dios lo que es de Dios y a los hombres lo que les pertenece por derecho.
La justicia, en cuanto virtud se llama honestidad.
Tenemos por lo menos décadas viviendo en una corrupción horrorosa. Nuestro principal problema son los gobernantes corruptos.
Un elemento clave en la vida de corrupción son los procesos electorales. Basta ya de que los candidatos "envuelvan" al electorado abusando de su bondad natural, sencillez, ignorancia.
Tal vez cambiar las autoridades corruptas enderece algo la situación, pero la alternancia con frecuencia no ha mejorado nada. Hay que cambiar a los corruptos pero, ¿por qué los vamos a cambiar? Resulta, como dice el refrán popular que es tan malo el pinto como el colorado.
De todas maneras hay que empoderar al pueblo, quien tiene la soberanía y la delega en sus elegidos.
Es necesario poner toda la atención en el pueblo para prepararlos a hacer una elección sabia.
El más pobre y humilde de los mexicanos debe estar preparado para que no lo manipulen ni lo traten como lelo, que no recuerda cómo lo han tratado.
Hay que hacerlo consciente de su dignidad absoluta e inalienable de persona, es "su majestad" a quien hay que servir.
Hay, en esto, muchas asignaturas pendientes: hay que formar su inteligencia y su criterio recto, su voluntad y su capacidad de decidir con libertad.
El ser integral del hombre se educa con los grandes valores y principios que guían su conducta inteligente y libre.
Hay que enseñarlo a conocer a los candidatos. No a partir de sus poses y discursos que están construidos sobre la inmoralidad y en el vacío de valores. Uno se pregunta, ¿un candidato cree en lo que está diciendo o se está riendo por dentro?
El más grande de los maestros y conductores de pueblos tiene orientaciones fundamentales para conocer a los políticos como se conoce a una persona.
Si te presentan un candidato que es moneda falsa, en el discurso toma como bandera la honestidad pero en los hechos es inmoral, debes valorarlo.
Si a la candidata de un partido, le hace un video recibiendo dinero ilícitamente dinero para su jefe. Este debe asumir el hecho conforme a la verdad, la honestidad y ser capaz de reconocer el crimen y pedir una disculpa.
Si un candidato manipula las palabras, no asume el hecho con honestidad valiente, convierte la respuesta en ataque a sus adversarios políticos.
Por ningún motivo podemos disculpar los actos criminales. A nadie le puede hacer gracia la habilidad astuta con que se defienden, el abominable cinismo. Esto vale para los de enfrente a y los del propio partido. Si los seguidores tuvieran criterio y no le rieran la gracias a sus candidatos mañosos, le harían tanto bien al partido.
Hay que saberse orientar frente al Estado que crea amparos para proteger criminales, a partidos que arropan con el fuero a quien participa en el desvío de 23 000 000 000 de pesos del Estado de Veracruz. Es el caso de los priistas
Hay una sabiduría tan simple y tan antigua, de un valor increíble. El Maestro afirma: "Cuídense de los falsos profetas que vienen vestidos de ovejas y por dentro son lobos rapaces. ¿Se recogen uvas de los espinos o higos de las zarzas? Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos ni un árbol dar frutos malos. Todo árbol que no da frutos se corta y se arroja al fuego. Así pues, por sus frutos los conocerán.
Los candidatos son como los árboles, se les conoce por sus frutos.
Necesitamos ponernos ya a valorar a nuestros candidatos según esta sabiduría. Necesitamos aprender nosotros y ayudar a las personas débiles e ignorantes a tener un criterio firme, bien formado moralmente, a tomar su distancia de los candidatos corruptos.
