Por: Josimar Lara/@josimar2188
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- ¿Cuántas emociones es capaz de soportar un ser humano en tan solo 40 minutos?, parece que el corazón del aficionado de básquetbol es inquebrantable y puede aguantar todas en una sola noche.
Los nervios son los primeros en aparecer en los seguidores de los Aguacateros de Michoacán, algo que parece normal, después de una ausencia de poco más de diez años del baloncesto profesional, la quinteta Michoacana se encuentra en semifinales.
Una vez iniciado el quinto encuentro de la serie de semifinales de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), se hizo presente el optimismo en las gradas, ya que Tyrone White y Sthepen Soriano comenzaron a liderar a la quinteta michoacana, darle la ventaja durante el primer cuarto.
"¡Así Aguacateros!, vámonos despacito y con calma!", gritó una aficionada desde la tribuna.
Los fanáticos supieron jugar su papel y al ritmo de la música de banda de viento, chiflaban o abucheaban para desconcertar al rival, que intentaba reaccionar a una desventaja de diez puntos en las pizarras, lo que tuvo efecto los primeros dos cuartos del juego y los Aguacateros se fueran al medio tiempo ganando el encuentro.
Pero el optimismo se cambió por incertidumbre después del descanso obligatorio, al ver que los Soles de Mexicali salieron a la duela con la idea de demostrar porque terminaron como líderes de la temporada regular.
La desesperación también se apoderó de un sector de los seguidores de Aguacateros, con los errores de sus propios jugadores y que permitió la remontada del equipo de Mexicali en tercer y último cuarto.
¿Cuántos segundos se necesitan para cambiar la desesperación por júbilo?, en estos casos, solo siete, tiempo que le tomó a Juan Coronado, para de manera dramática hacer efectivo un triple para poner el marcador 83-83 y mandar el juego a tiempo extra.
"Si ganamos hoy, me cae que sí somos campeones", comenta con un joven eufórico después de que la quinteta local tomará ventaja en el tiempo extra.
Pero en el "deporte ráfaga", las emociones cambian de manera constante y los Soles de Mexicali se encargaron de silenciar a un auditorio que no podía creer que la victoria se les escapó de las manos, a pesar de que nunca dejaron de apoyar, pero con tristeza veían como la visita festejaba el triunfo.
"Ni modo, así es el básquetbol; ahora parece complicado, pero ojalá ganen en Mexicali", expresa un señor mientras abandona el inmueble, tal vez con un poco de esperanza de que los Aguacateros pueden hacer la hombrada y pasar a su primera final, pues como dice su lema tienen un "Corazón inquebrantable".
CA
