Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En los últimos tres años, Alto Café buscó posicionarse entre el gusto de los morelianos y cambiar el paradigma de consumo en un mercado acostumbrado a la distribución de un producto más que tostado, quemado, "de mala calidad". Hoy, tiene el reto de sobrevivir, de enfrentar esta contingencia sanitaria por la pandemia del Covid-19 que ha nulificado sus ventas.
"Es muy fácil caer en la tristeza, en la depresión, en la desesperación, pues de un día a otro dejas de percibir ingresos, pero hay que ver opciones creativas para salir adelante", compartió Luis Carlos Luján Burciaga, maestro tostador y director de Alto Café.
Esta microempresa moreliana se dedica a tostar, moler, empacar y distribuir café mexicano, cultivado en las regiones de Tacámbaro, Zitácuaro y Uruapan, en Michoacán; así como en Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Nayarit y Guerrero. Además, uno de alta especialidad procedente de Etiopía.
A la semana promediaba la distribución de entre 120-150 kilos de este aromático producto entre restaurantes y cafeterías de la ciudad. Desde mediados de marzo sus ventas se desplomaron a cero.
"Surge desde pequeño. Mi abuela tomaba mucho café y andaba dejando tacitas por toda la casa; yo andaba atrás de ella tomándome lo que quedaba, me lo tenían prohibido, porque era un niño hiperactivo", dijo.
Como buen distribuidor, unos segundos le bastaron para enunciar el cúmulo de bondades que, asegura, poseen estos granos. "Nos levantan el ánimo, aumentan la productividad, ayudan a quemar grasas y a la protección del cerebro"
"Ahorita hay más acceso a la información, pero anteriormente era una especie de código secreto, todavía es difícil encontrar el café en verde, es muy fácil que te engañen cuando no conoces el mercado, que te vendan un café de mala calidad", mencionó.
Luján Burciaga dejó atrás el sartén y con la idea de ser mayorista compró una tostadora de tecnología más avanzada, un microlote de café y un molino. Empezó a desarrollar sus propias fórmulas y mejorar la calidad del tostado, para incursionar en un mercado "acostumbrado al mal café".
La falta de ingresos lo llevaron a solicitar uno de los créditos por 50 mil pesos que dispuso el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), en apoyo emergente a los pequeños empresarios.
"Aplaudo la iniciativa del gobernador (Silvano Aureoles Conejo). En la Sedeco me asignaron un asesor que me llevó de la mano, el proceso no fue burocrático, sólo había que cumplir los requisitos para obtener el crédito", dijo, con la aclaración de que la obtención del recurso todavía está en proceso.
Sostiene que el crédito le será útil para solventar los gastos fijos de operación en su empresa durante los próximos meses, y, mientras la contingencia pasa, focalizará sus esfuerzos en la promoción del café mediante plataformas digitales y la distribución sin costo del producto a domicilio, a partir de un kilogramo.
Por: Sayra Casillas/rmr
