Del titiritero, el debate y otros cuentos

Del titiritero, el debate y otros cuentos

Al paso de los primeros 15 días de campañas electorales, el proceso que hoy se vive en Michoacán parece enfrentarse a un estado de parálisis, no sólo reflejado en el casi nulo acompañamiento de la ciudadanía, sino también en las inexistentes, o al menos intrascendentes propuestas que se han puesto sobre la mesa por parte de quienes, en teoría, más no en la práctica, dicen tener argumentos para ocupar alguno de los cargos de elección popular que estarán en juego el próximo 6 de junio, entre ellos la gubernatura.

Esta parálisis parece haberse concentrado en la contienda por la gubernatura de Michoacán, pues los candidatos, lejos de ver por las problemáticas y pendientes que aquejan a la entidad, como lo son la seguridad, el inagotable desgaste del tema educativo y la debilidad financiera que persiste en el estado, así como la reactivación económica y social, resultado de la pandemia del Covid-19; se han perdido en una disputa electoral carente de propuestas.

La falta de propuestas de los partidos partícipes es tal, que uno de los aspirantes, que por cierto no cuenta con el registro de su candidatura, ha marcado la agenda político-electoral del presente proceso, y definido el rol o papel que jugará cada uno de los aspirantes a relevar al perredista Silvano Aureoles Conejo.

Sí, aunque resulta innecesario precisarlo, el titiritero en la disputa por el Solio de Ocampo es Raúl Morón, sin importar que el INE se resista a ceder en el registro de su candidatura por el PT y Morena; resistencia que para muchos respondería a la guerra frontal que inició el presidente Andrés Manuel en contra del órgano electoral.

De los dimes y diretes a la falacia  

A falta de propuestas y enfoques gubernamentales acordes a la crisis en que se encuentra la entidad, el segundo de abordo en la contienda y candidato del bloque PAN-PRI-PRD, Carlos Herrera, ha ligado su discurso y agenda con la situación jurídica que acompaña a Raúl Morón, su rival a vencer.  

Carlos Herrera no sólo se ha dedicado a atacar al ex líder magisterial, también ha pretendido vender la idea de que estaría dispuesto a estrechar lazos con la Federación, en caso de salir avante en el proceso. Su intención es tan clara como falsa: alterar la percepción del electorado, hoy inclinado a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador.  

Se habla de la falsedad que viste a su discurso cuando el empresario Herrera Tello está representando a un bloque que surgió con un solo objetivo: parar la aplanadora obradorista de cara a las siguientes elecciones, pues de lo contrario la consolidación de la Cuarta Transformación será inevitable.

Otro candidato que vive sujeto a la agenda de “El Titiritero de la 4T” es el desterrado Cristóbal Arias Solís, quien al no superar el hecho de no haber sido elegido como el abanderado de la Cuarta Transformación, ha dedicado su tiempo, dinero y esfuerzos a criticar todo lo que lleve la marca de Morena en las próximas elecciones, con lo que, consciente o inconscientemente, sólo le ha abonado a la debilitada oposición que se estableció entre el PRI, el PAN y el PRD.

El resto de los candidatos por la gubernatura, pasmados en las fórmulas de siempre, spots aburridos y discursos sin contenido, intentan apenas colocarse en el imaginario del electorado, valiéndose de ataques al no candidato de Morena, Raúl Morón, quien dice estar seguro de que en próximos días recuperará su registro  ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

El debate… ¿la noticia?

Aun cuando esta misma semana se realizará el primero de dos debates que organizará el Instituto Electoral de Michoacán, la contrastación de ideas, opiniones y argumentos, que es en todo caso el fin de éstos, parece emocionar poco, sin importar que los temas a abordar están orientados a saber cómo se atenderían las crisis que enfrenta el estado en rubros como educación, salud y economía.

Tal y como está ocurriendo en la campaña, se pronostica un debate en el que destacará la ausencia física del candidato puntero, quien, sin estar, más de uno hará notar su ausencia por ser el candidato “que no respeta la ley”.  Es casi predecible la mención directa o indirecta de Raúl Morón por parte del candidato del Equipo por Michoacán, Carlos Herrera y sus “estrategas”, quienes desesperados ante la antipatía y la superficialidad que caracteriza al empresario, han intentado hacer leña del árbol caído, o más bien campaña del candidato “ausente”, quien, paradójicamente, está más presente que nunca.

rmr

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