Morelia, Michoacán (Boletín).- La existencia de intermediarios entre la asignación de presupuesto y su ejecución en el desarrollo de infraestructura educativa, sólo encarece la obra pública y desvía al ejercicio de recursos de sus objetivos esenciales, afirmó Alfredo Ramírez Bedolla.
El diputado celebró la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador de extinguir al Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (Inifed), y crear Comités Escolares -integrados por maestros, paterfamilias y alumnos- que se encargarán de aplicar los recursos asignados de manera directa para mejorar los centros educativos.
La creación de dependencias a nivel federal que únicamente funcionan como ventanillas de trámite sólo ha multiplicado la burocracia y elevado el gasto operativo, en detrimento de la inversión en acciones sustantivas que beneficien de manera directa a la población; aún más paradójico es que ese tipo de estructuras sean replicadas por gobiernos estatales, recalcó el legislador afín a la cuarta transformación.
En la revisión del Tercer Informe del Gobierno del Estado, apuntó Ramírez Bedolla, hemos detectado la disparidad en el costo cuando dos dependencias hacen cada una obras con las mismas características; el desarrollo de infraestructura escolar requiere una inversión menor cuando se hace por administración directa de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas (Scop), y en cambio se encarece cuando el IIFEEM la lleva a cabo mediante proceso de licitación.
El legislador de Morena destacó que al quitar la intermediación del Inifed, que a su vez suele aplicar el presupuesto federal con la mediación de dependencias estatales, los recursos para mejorar los planteles educativos llegarán directo a las escuelas que los necesitan, lo que permitirá gastar menos en operación de la burocracia e invertir más en la dignificación de infraestructura educativa.
Con la extinción del Inifed, dependencia que ha sido señalada por la Auditoría Superior de la Federación por opacidad en el manejo de recursos públicos y por no alcanzar los objetivos de la política pública, el Gobierno de México daría un paso decisivo para abatir realmente el rezago en infraestructura educativa, concluyó Alfredo Ramírez.
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