Detente, Andrés Manuel

Detente, Andrés Manuel

El pasado 24 de enero quedó conformado un grupo con "los mejores especialistas del país" y profesional en las enfermedades infecciosas. Así lo anunciaba hace casi tres meses el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell. Parecía lejano el momento en que el COVID-19 llegaría a nuestro país, hoy es una emergencia mundial.

Luego del exponencial crecimiento de los casos de infectados por el COVID-19 el país, y en aras de mantener informada a la ciudadanía sobre la evolución del virus, el presidente adoptó a López-Gatell en las "mañaneras" y desde ese escenario y foco nacional se presentaron los informes, y se fue dando seguimiento al tema.

Desde el 28 de enero, Hugo Gatell, daba a conocer las medidas de prevención pare evitar el contagio del coronavirus, luego de confirmarse dos casos en el país. El subsecretario recomendó a la población evitar el contacto físico con otras personas. "Que no den la mano, mantengámonos con un saludo fraterno y amigable […] tampoco nos demos besos y abrazos".

Entonces, porque si desde enero se sabía de la rapidez con que el virus avanza en el mundo, ¿qué falló? muy simple, el presidente contamina la información.

Durante las últimas semanas, López–Gatell ha asumido las tareas de coordinar, dirigir, informar y explicar la evolución del virus, así como las medidas preventivas, fases de contingencia y los planes de acción para hacer frente al COVID-19. Gran parte de la incertidumbre que priva en la actualidad, de no saber qué hacer, qué medidas tomar, cómo mantenerse informados, es porque los mensajes de López-Gatell se han perdido y se pierden en las simplezas del presidente.

Como si no bastara con hacer caso omiso a la emergencia mundial, cuando gobiernos latinoamericanos ya se han sumado a las medidas de países con mayores brotes en el continente, como Estados Unidos y Canadá, y decretado el cierre de sus fronteras por varios días y cuarentenas en un esfuerzo común por detener la propagación de la enfermedad. En México, el presidente presume que su "escudo protector" contra el coronavirus es la honestidad, así como sus amuletos como la oración "Detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo".

Si el presidente sigue minimizando la emergencia, divagando en la toma de decisiones y jugando a ser Dios, todos los esfuerzos que se hagan desde el gobierno serán mínimos, y costarán vidas, urge que alguien le diga, el problema presidente es usted, detente Andrés Manuel.

EN PROSPECTIVA: El asunto de la comunicación será vital en los próximos meses, Angela Merkel, Justin Trudeau y Emmanuel Macron, ya marcaron la pauta a nivel internacional.

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