Quiero hablar de este 30 de julio como el Día Internacional Contra el Tráfico de los Seres Humanos y señalar la importancia que tiene el respeto y la dignidad de la persona humana.
Es muy triste y muy lamentable que una de las amenazas que tenemos más fuertes en este tiempo, sea el tráfico de los seres humanos, el que los niños, los adolescentes, las personas sanas, los jóvenes se sientan amenazados porque hay personas que los andan persiguiendo para secuestrarlos, para hacerse dueños de ellos, quitarles sus órganos o quitarles sus partes más valiosas y traficarlas, venderlas, hacer una fuente de dinero, de poder para ellos, triste.
Ojalá que este día que está dedicado a manifestar la oposición y que todos estamos contra el tráfico de los seres humanos sea una ocasión para dignificar y engrandecer al ser humano, a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes; a todas las personas los felicito por ser seres humanos que todos nos preocupemos por dignificar, engrandecer y hacer cada vez más manifiesta el valor del ser humano en sí mismo y que nos preocupemos por la educación, la formación y el desarrollo de toda la persona humana.
A todos los que han sido víctimas y a todos los que han sufrido por el tráfico de los seres humanos les pido perdón de parte de la sociedad, de parte de la iglesia, juntos sigamos dignificando, engrandeciendo y valorando a los seres humanos, les bendigo con mucho cariño, el Señor este con ustedes y la bendición del Dios omnipotente, padre, hijo y espíritu santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, amén.
