El ahorro, tu mejor amigo

El ahorro, tu mejor amigo

Hace unas semanas toqué en esta columna el tema de proyectos de inversión y la importancia que tienen para la economía y los emprendedores. En esta ocasión quiero abordar otro tópico interesante sobre lo que pasa cuando las personas tienen interés en adquirir bienes o servicios, ya sea con fines productivos o no, surgiendo así la necesidad de sumergirse en lo que se denomina consumo responsable y cultura del ahorro.

En términos generales, la teoría económica señala que a partir del ingreso se desprenden dos puntos de destino: el consumo y el ahorro.

Analicemos la primera parte. El consumo son aquellas compras que permiten satisfacer las necesidades de las personas; sin embargo, cuando se compran cada vez más cosas el recurso es insuficiente y se genera una sensación de malestar; en muchas ocasiones esto se debe a los gastos hormiga. Esta salida de dinero es aquella que se destina a bienes triviales como refrescos, café, revistas, cigarrillos y alcohol, entre otros, y que, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), puede representar hasta el 12% de nuestro ingreso.

El problema con este gasto es que no nos damos cuenta de cuánto gastamos, pues usualmente sólo se le da importancia a los pagos que realizamos periódicamente, como los servicios, colegiaturas, autofinanciamiento, alimentos, vivienda, etcétera.

Como ejemplo de esto les comparto un ejercicio: suponiendo que un trabajador con un salario mensual de 10 mil pesos destina el 12% de su ingreso a gastos hormiga habrá destinado al final de un mes mil 200 pesos, es decir, 15 mil pesos al año, recursos que pudo haber destinado a otra cosa, como una inversión, de la que les hablaré ahora.

Como lo mencioné anteriormente, el ingreso se compone de consumo y ahorro; en cuanto al ahorro, les puedo decir que generar y orientar nuestros recursos a la adquisición de productos que brinden un satisfactor o rendimiento a corto, mediano o largo plazo puede ser un gran diferenciador en elevar la calidad de vida de cualquier persona.

Es decir, el restringir la intención de consumir en el presente permitirá a futuro efectuar un consumo en igual o mayor magnitud respecto de aquello que nos hayamos limitado.

El ahorro y la inversión están al alcance de cualquier persona, sólo es necesario decidir que lo queremos hacer; herramientas existen muchas, desde una alcancía, caja de ahorro en la empresa en la que laboramos, productos bancarios, hasta fondos de inversión, valores bursátiles, etcétera; estos elementos pueden ajustarse a cualquier bolsillo, y el producto a elegir estará en función de tres criterios: 1) el rendimiento deseado, 2) el riesgo que se está dispuesto a tomar y c) el plazo dispuesto a invertir.

De acuerdo con Forbes México, en el país sólo el 32% de los adultos tienen una educación financiera, mientras que en países como Suecia y Noruega es de hasta 71%.

Lo más importante: el primer paso en decidirse a invertir, en un entorno económico complejo, es diversificar lo que uno puede realizar con sus ingresos y fondos de retiro; planear a mediano y largo plazo, a diferencia del corto plazo, permite una creación de hábitos positivos para el cuidado del dinero, que a su vez permitirá alcanzar objetivos como pagar unas unas vacaciones, comprar un automóvil, un departamento, o simplemente generar más dinero con su dinero.

Jesús Melgoza Velázquez

Secretario de Desarrollo Económico de Michoacán

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