Por: Josimar Lara/@Josimar2188
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Este sábado era especial, lo sabían los poco más de 29 mil aficionados que asistieron al Estadio Morelos; "hoy ganamos", "si le echan ganas mandamos al Veracruz al fondo", "nos vamos a salvar", eran los pronósticos de "pasillo" de algunos morelianos optimistas previo al encuentro.
Desde minutos antes de que se escuchara el pitido inicial, los aficionados jugaron su partido, ondeaban las pequeñas banderas, regaladas por la directiva de Monarcas, y cantaron como nunca el "Únete al Morelia", canción de Eduardo Núñez que hace mucho tiempo no se escuchaba en el Coloso del Quinceo y que hizo recordar cuando "jugaban los hombres y no los nombres", dice un viejo aficionado de la Puerta 9.
Hace mucho no se veía un ambiente como el de este sábado, los abucheos al equipo de Veracruz, los reproches y mentadas de madre al árbitro cuando marcaba faltaba en contra, pero también se escuchaba más fuerte en las diferentes zonas del estadio la popular porra: "¡A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Morelia, Morelia, ra, ra, ra!".
Por momentos los nervios se hicieron presentes en las gradas, cuando al correr de los minutos el gol de Morelia no caía; el coraje y la frustración también aparecieron cuando el juez central no marcó lo que para los aficionados fue un claro penal, luego de un empujón sobre Enrique Pérez, lo que originó que se escuchará el grito de un hincha: "¡P…che árbitro, nos quieres descender!".
Todo ese cúmulo de emociones llegaron a su éxtasis al minuto 70 cuando el árbitro marcó un penal por una falta en el área sobre el defensa purépecha Emmanuel Loeschbor, quien había robado el balón en media cancha y pegó una carrera hasta la portería rival, motivado, tal vez, por el empuje de los aficionados.
El Coloso del Quinceo retumbó con el grito de gol de los miles de aficionados que festejaron la anotación del peruano Raúl Ruidíaz.
El dramatismo apareció en la última jugada cuando hasta el portero del Veracruz se fue a rematar un tiro de esquina; en el que después de una serie de rebotes el arquero michoacano, Felipe Rodríguez, se quedó con el balón y lo abrazó como agradeciendo que después de nueve jornadas el conjunto de Monarcas Morelia abandonara el último lugar por no descender.
Los 90 minutos llegaron al final y poco a poco la gente vació las gradas con la esperanza de salvación y con la idea de que jugarse un descenso no es para todas las aficiones.
amm
