Morelia, Michoacán (MiMorelia.com/Redacción).- El 16 de octubre de 1988 la familia Villemin recibió una llamada telefónica de un sujeto que aseguraba haber raptado a su hijo y después lanzarlo al río. Al instante los padres, Jean-Marie y Christine Villemin, comenzaron a buscarlo donde lo habían visto por última vez, el jardín de su casa. Sin rastros del pequeño Grégory, comenzaron a buscarlo alrededor de su hogar, finalmente lo encontraron en un río cercano donde el cuerpo del niño estaba atado de pies y manos sin vida.
Este fue uno de los casos más mediáticos dentro de Francia, pues no lograron dar con el culpable, hasta ahora parece llegar a su fin. La familia recibió una carta anónima después de los hechos ocurridos, que decía "Me he vengado" estaba firmada por 'El cuervo'. Por días continuaron las cartas y llamadas, los padres comenzaron a sospechar sobre el primo del progenitor de Grégory, Bernard Laroche. Fue puesto en manos de la ley, pero lo liberaron por faltas de pruebas. Jean-Marie juró justicia, un día antes de que saliera de trabajar le disparó a su hermano con una escopeta de caza y fue a prisión durante cinco años.
La madre fue otra de las sospechosas, aunque por error, grafólogos al analizar la letra de las cartas identificaron a Christine como autora de los anónimos. Fueron varios años de investigación y finalmente las pruebas no fueron suficientes.
32 años después, tras analizar las diferentes pruebas, se llevó a la detención de varios familiares del niño. El tío del padre de Grégory, su esposa y la cuñada de Jean-Marie fueron puestos en prisión preventiva. Según fuentes policiales, las detenciones se han realizado por 'complicidad en asesinato', por no denunciar el crimen y por negar la asistencia a una persona que está en peligro. Con estas acusaciones se cree que los tres participaron, de una manera o de otra, en el asesinato de Grégory Villemin.
