El ejemplo fatal de los funcionarios

El ejemplo fatal de los funcionarios

Si los funcionarios del gobierno roban millones y no pasa nada, la chiquillada criminal de la calle se anima a delinquir, si además no hay ley………

Los criminales espectaculares, desvíos, salarios escandalosos están a la vista de todos en los medios de comunicación. Hay ladrones estrellas

Hay falta de dignidad y vergüenza, un gran criminal busca protegerse en instituciones patrias como la cámara de diputados, en el fuero,

Asombran por su cinismo.

Si hay impunidad. Si vivimos sin ley, todos delinquen a sus anchas, si los políticos justifican y protegen a los criminales de su partido. Reina la miseria material y el terror en un pueblo desamparado.

Un problema mayor es que las autoridades niegan la realidad de crimen y miseria. Arreglan la situación, con apoyo de algunos comunicadores para pintar un mundo feliz, como lo desea la gente.

El crimen tiene la colaboración de las estructuras viciadas, perversas. El pecado estructural infecta los grupos y toda la sociedad.

Habrá que recordarles que el cómplice y el protector participan del crimen. Deben comparecer ante el tribunal de justicia. Si los tribunales humanos se venden, el Tribunal Supremo es incorruptible y ante él van a caer los poderosos y los que compran y burlan la justicia.

En cuanto a los grandes problemas de la vida, ellos viven en otra realidad. Están ajenos a los problemas del pueblo, velan por intereses egoístas o partidistas.

Complican el derecho y la ley para que no sirva a la justicia sino al delito. Los amparos son para que no se aplique la ley y se convierta en injusticia e iniquidad, atentando contra el bien común y la paz de la sociedad.

Su interés es el dinero y el poder que ganan en las elecciones por eso lo único que les interesa es ganar o conservar el poder, aun a costa de la verdad y la legalidad.
Es la anarquía total, el reino del crimen, la sociedad se nos ha descompuesto, está invadida de virus, de SIDA, se agotaron sus defensas.

No podemos quedarnos pensando, inactivos porque la solución depende del pueblo en una democracia. La salvación va a venir del pueblo no de autoridades espurias y corruptas.
En realidad a las clases privilegiadas no les interesa resolver esta situación. Ellos viven en sus cápsulas de primer mundo.

Es cierto que somos una sociedad desorganizada. En décadas de gobierno el PRI no educó al pueblo para la democracia, tampoco lo hicieron los otros partidos.

No hay estructura social, cuerpos sociales intermedios, como asociaciones. La sociedad está destartalada, sin columna vertebral. ¿Cómo vamos a mover un pueblo?

No hay una generación de ciudadanos con criterio, capaces de calibrar la situación y actuar.
Cuántos son incapaces de dejar su comodidad, holgazanería, molicie, su dolce far niente, no hacer nada, su estilo "fresa" de vida.

Hemos venido arrastrando una educación en desastre, en contingencia, que se reduce muchas veces a una mediocre transmisión de conocimientos. No ha forjado por lo general personas de excelencia, no nos ha preparado para ser agentes de cambio, maduros, prestos para con sus hermanos. Muchos maestros no tienen la preparación y se dedican a agitadores con cualquier pretexto.

El ser humano se ha degradado, ha perdido los sentimientos humanos, se ha convertido en chacal, fiera carroñera, animales sin espíritu, feroces, capaces de actos inhumanos, de crueldad vergonzosa, indecible .

Y nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer? La pregunta es seria, implica saber lo que hay que hacer y hacerlo.

Es necesaria una reflexión difícil y profunda. Se necesita una mirada crítica, sabia, analizando los hechos, sus raíces y su orientación. Hay que adivinar a dónde nos llevan cuáles son las tendencias. En las condiciones actuales la visión de lo porvenir es apocalíptica.

No podemos quedarnos contemplando pasivamente y quejándonos estérilmente. Hay que señalar pistas de solución que parecen imposibles.

La solución de esta situación triste, amarga, extrema empieza en la renovación personal. La Iglesia tiene un llamado fundamental que debe ser enérgico a la conversión, es lo mismo.
Empieza por pequeños gestos: no delincas, no seas tranza, no solapes a los hijos, sé honesto en tus acciones.

Cuando veas que asaltan a tu hermano, no hagas como la avestruz, apóyalo, llama a los otros transeúntes. Los criminales son ínfima minoría y estarán perdidos.

Somos multitudes al lado de un grupito de criminales que nos tiene secuestrados.

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