"Si la solidaridad es la preocupación por el otro,
ella tendrá que ser la directriz del cambio que viene".
Anónimo
Tranquilo, sonriendo, alegre, acompañado de unos pocos, los más cercanos y los menos polémicos, el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a Michoacán con esa investidura y la responsabilidad histórica de encabezar, por primera vez en nuestro país, un proyecto de izquierda.
No sé ustedes, pero yo tengo la impresión de que nunca en la historia de nuestro país la transición sexenal se había dado de esa manera: un presidente electo que recorre nuevamente el país, que sin mayores protocolos se encuentra con la gente, que viaja en avión comercial, que no le gusta rodearse de un séquito de colaboradores, que viste cómodo, austero y relajado, que no cuida mucho las formas, si se enoja se le nota –si está contento también–, que no necesita de grandes despliegues mediáticos, él mismo ya es el mayor personaje mediático del país, impone agenda –les guste o no–.
Amor con amor se paga, por eso vino a Michoacán a agradecerle a la gente el contundente respaldo que tuvo en las urnas; también vino a cerrar la natural confrontación política con otros actores y otros partidos que abiertamente respaldaron a otros candidatos ajenos a la izquierda; así es esto, así son las relaciones de poder y así es como se decantan los proyectos políticos; no hay que asustarse de más ni andar sudando calenturas ajenas.
Lo conozco bien y sé que estaba feliz de volver a la entidad ahora como presidente electo y después de muchos años de andar los caminos de Michoacán, llevando el mensaje de la esperanza a cada rincón del estado con la consigna de que por el bien de todos, primero los pobres. Y ya está ahí, cumplió y cumplimos el objetivo de que sea presidente; 30 millones y más de mexicanos y mexicanas optamos por la izquierda, algunos de nosotros nacimos a la vida política en la izquierda y moriremos en la izquierda, más allá de coyunturas.
La lucha por la justicia social es el sello indiscutible de la izquierda, también lo es la promoción de la democracia, la participación de la gente en la toma de decisiones; también lo es entender que, ante todo, somos sujetos de derecho y de derechos todas y todos, más allá del género, de nuestra condición social, económica, cultural, religiosa, más allá de nuestra preferencia sexual.
Y si de justicia social se trata, por el bien de todos, primero los pobres. El presidente anunció en Michoacán la inversión más grande que se haya dado en la entidad para apoyar a las y los jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad y a la educación superior.
Jóvenes construyendo el futuro
A partir del primero de diciembre de 2018, 76 mil 695 jóvenes de Michoacán serán contratados como aprendices con un salario mensual de 3 mil 600 pesos durante un año. Es un programa que beneficia tanto a las y los jóvenes como a las pequeñas empresas que los recibirán durante un año. La inversión en ese programa será de 3 mil 300 millones de pesos en 2019.
También se apoyará a 15 mil 738 jóvenes que actualmente estudian la universidad para que no abandonen sus estudios; el apoyo consistirá en una beca de 2 mil 400 pesos durante un año.
Las y los estudiantes del nivel medio superior recibirán puntualmente un apoyo mensual de 800 pesos. Se trata, en las tres vertientes, de la inversión más grande en la historia del estado dirigida a jóvenes.
Adultos mayores
El programa para el apoyo universal a las y los adultos mayores se implementó por primera cuando el presidente gobernaba la capital del país; hoy está decidido a ampliarlo y mejorarlo, por eso cayó bien el anuncio de incorporar también como beneficiarios del programa 65 y Más a las y los jubilados del ISSSTE y del IMSS.
En Michoacán recibirán la pensión universal 369 mil 479 adultos mayores por la cantidad de mil 274 pesos; es decir, el doble de lo que reciben ahora, e incluidos las y los pensionados.
Personas con discapacidad
Las y los más vulnerables están en el centro de la preocupación del presidente; un acto de justicia social en Michoacán es respaldar a las y los discapacitados; está previsto que a partir de diciembre, 54 mil 989 personas discapacitadas reciban una beca mensual de mil 274 pesos.
Le dije a mis estudiantes que se inscribieran en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro; los veo cómo batallan a la hora de cubrir sus gastos, casi todas y todos vienen de fuera, algunos de los municipios más apartados; veo que están contentos, todavía un poco incrédulos pero contentos; están cursando los últimos semestres y necesitan un último empujón; dicen que suena bien el programa y empiezan a difundirlo entre el resto de los alumnos de la UMSNH. Me gusta la idea de que los programas se abran, de utilizar las plataformas digitales para el registro, eso los hace más transparentes y accesibles.
Estoy contenta porque es un gran paso en favor de la justicia social y eso entusiasma a cualquiera, más allá de afinidades ideológicas o partidarias. Al tiempo.
AC
