Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Decía el escritor, Ray Bradbury que: "Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad" y hoy Morelia se inoculó contra la rutina, fueron las Catrinas quienes se encargaron de ello.
Vestidas con atuendos vistosos, las más osadas con atuendos coloridos, floridos y brillantes, y otras más con colores fúnebres, verde, morado, rojo, recorrieron el Acueducto de Morelia desde el Jardín Morelos; su parada final fue Catedral.
Niñas, señoritas y señoras, incluso algunas con zancos se apropiaron del papel y al son de la banda, bailaron y desfilaron con porte, gallardía, estilo y glamour, sumidas en una suerte de embrujo que las transformó, las liberó y las envolvió en un halo de misterio y esplendor.
Del tamaño de su ego era su aspecto, los hay gloriosos, espectaculares, inalcanzables, soberbios, los hay divertidos y sarcásticos, aquellos que hacen alusión a la Catrina que trajo a la vida el caricaturista de origen mexicano, José Guadalupe Posadas que la representó con un sombrero emplumado.
Fue Posadas quien la hizo visible y son los morelianos los que la encarnan, los que la expresan, la dejan surgir y así con veladoras y flores, y vestidos asombrosos, retratan a la calaca que tapa sus huesos roídos, que oculta su escasez de carne, y disfraza su suerte o su destino incomprensible para los mortales.
Por: Fátima Miranda/AV