En el mundo existen más de 4 mil Zonas Económicas Especiales en 140 países, donde han probado su éxito a lo largo de 40 años de su historia. En México se encuentran ya declaradas por ley siete, una de ellas en Michoacán, donde la empresa Arcelor Mittal anunció hace poco más de un año una inversión de mil millones de dólares para su nueva planta laminadora.
Entre los principales beneficios que se han identificado en las ZEE establecidas en diversos países destacan: la generación de empleo, el crecimiento de las exportaciones, la transferencia de tecnología e innovación, diversificación económica y mejora de la productividad de las empresas locales.
Bastaría con ver y conocer alguna de las 750 ZEE de China, para entender por qué han llegado a representar más del 22% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional de este país, atraen alrededor del 46% de la Inversión Extranjera Directa y generan el 60% de las exportaciones. Así de importantes son para la economía mundial las Zonas Económicas.
No obstante, y a pesar de que el proyecto ya está caminando en México, el pasado miércoles nos despertamos con la noticia de que el gobierno federal revisará este proyecto y podría estar en riesgo de cancelarse, lo que sería un gran retroceso en el desarrollo económico no sólo de nuestro estado, sino de todo el país. Esta determinación sería, sin dudarlo, un error histórico que terminarían pagando, por lo menos, las dos siguientes generaciones de jóvenes michoacanos y guerrerenses.
Lo inexplicable es que hace unas semanas me reuní con el titular de la Autoridad Federal de Zonas Económicas Especiales, Rafael Marín Mollinedo, quien me comentó que esta política pública continuaría, que se revisaría el alcance en el nombre y la implementación, lo cual es totalmente entendible, ya que la nueva administración tiene toda la facultad de proponer y mejorar la política pública, pero echarla abajo es totalmente fuera de sentido común.
Esta noticia nos sorprende y genera, no sólo en mí sino en mis compañeros secretarios de Desarrollo Económico de los ocho estados que tienen que ver con este trascendental tema, sorpresa y decepción; además de que la declaración genera incertidumbre no sólo a nivel nacional, sino internacional, ya que se está enviando el mensaje de inestabilidad a los inversionistas.
Es importante decir que, por primera vez en México, contamos con un proyecto que tiene un marco legal sólido, que incluye a los tres niveles de gobierno y a la iniciativa privada; ese es un beneficio no sólo para una administración o para un gobierno, sino para todo el país, porque me queda claro que es la gran oportunidad para la atracción de inversión y generación de empleos, porque esta política es eminentemente social.
Como titulares de las secretarías de Desarrollo Económico de estas entidades involucradas en el tema ofreceremos en los próximos días un pronunciamiento; asimismo, el sector empresarial del estado ha fijado ya su postura al respecto, la cual respaldamos. Continuaremos trabajando para lograr que este esquema de desarrollo económico comprobado a nivel mundial se concrete.
Me permito dejarles algunos apuntes sobre este tema que quizá sea nuevo para muchos, pero que sin duda es un parteaguas para la vida económica y social de los lugares donde se instalan.
A nivel mundial las zonas económicas especiales representan más del 41% de las exportaciones, generan más de 68 millones de empleos y atraen más del 20% de la inversión extranjera directa.
En México, al menos 83 empresas mostraron interés en participar, con una inversión de siete mil 200 millones de dólares. Sin embargo, el capital potencial se estima en 42 mil mdd en dos décadas.
En Michoacán contamos con 11 cartas intención de empresas que suman alrededor de 4 mil 500 millones de dólares, la generación de miles de empleos, que ven como una oportunidad estar en una Zona Económica.
Lo más importante: el sector público y privado está en toda disposición de colaborar con el gobierno federal para que se lleve a cabo el desarrollo de esta política pública, que representa la oportunidad de erradicar la desigualdad económica y social en nuestro país.
Jesús Melgoza Velázquez
Secretario de Desarrollo Económico de Michoacán
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