Luego de dejarlos impresionados y con el visto bueno, se le pago 1000 euros para comenzar con el trabajo, indicó al documental "Bleacher Report".
Santos no estudió artes plásticas —su familia era muy pobre para pagar la universidad— y nunca había hecho un busto. Los conocimientos los obtuvo mediante la constante práctica que obtuvo mientras esculpía juguetes para sus hermanos.
El escultor estaba muy orgulloso de su obra y feliz, sin embargo todo cambió cuando empezaron las burlas en redes sociales.
"En el silencio de la noche, toda la información pasaba por mi mente y lidiar con todo eso fue muy difícil. Me aislé de todo, no tenía ganas de hablar con nadie. Todo fue tan repentino, es mucha responsabilidad", dijo Santos a "Bleacher Report".
Santos llegó a temer por su hijo y que fuera víctima de acoso escolar. Para él y su esposa fue difícil hablar del tema sin dejar escapar alguna lágrima.
Da Silva Santos se dio a la tarea de rectificar y crear otro busto, aunque él no se arrepiente de lo hecho la primera vez
"Me gustó el resultado y estaba muy orgulloso de él y, si tuviera que hacerlo otra vez, haría todo exactamente igual.
Estoy haciendo el busto otra vez para demostrarle a la gente que no soy lo que los medios pintaron de mí. Por su puesto, está el miedo por la reacción que la gente pueda tener al ver esta pieza".
ZM