Ante las controversias que se han suscitado durante el proceso de elección del nuevo titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, todas y todos los michoacanos estamos a la expectativa de quién ocupará tan importante cargo. Una expectativa compleja sobre los requisitos que debe cumplir el nuevo ombudsman michoacano para no ser cuestionado por la sociedad ni tener obstáculos para elegirse en el Congreso del Estado.
Para empezar, necesitamos una persona que tenga la educación requerida para entender las leyes que dan fundamento a los derechos humanos, a fin de conocer los mecanismos que dan garantía a los mismos. En el mismo sentido, nuestra sociedad necesita que esta educación se haya llevado al nivel de la especialización en la materia de derechos humanos, ya que de ninguna manera es igual de útil entender a fondo el derecho mercantil que entender la profundidad de los derechos humanos. Por ello, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos debe ser un especialista en Derecho Constitucional y en Derechos Humanos, puesto que, de no ser así, no tendrá las herramientas para construir una Comisión que dé protección y seguridad a las y los michoacanos.
Complementariamente, el ombudsman debe contar con el reconocimiento de sus pares titulares de los organismos de derechos humanos en el Estado, de la sociedad civil organizada y de la sociedad en general. Es importante destacar que el reconocimiento de los titulares de estas instituciones y organizaciones permitirá el trabajo coordinado entre estos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos en pro de todas y todos los michoacanos.
Otra característica importante con la que debe cumplir el próximo presidente de la CEDH es el apartidismo. El poder político se ha hecho presencia en el proceso de renovación de ombudsman, donde podemos observar diversos perfiles que en su momento fueron cobijados por el manto de algún color político, y que hoy regresan a escena buscando interés en el cargo, más que en proteger los derechos humanos de los michoacanos. Si alguno de estos perfiles llega a ocupar el cargo, ¿qué tan atadas estarán sus manos por los intereses políticos de su partido? Probablemente los compromisos y deudas políticas no le permitan hacer su trabajo en beneficio de las y los michoacanos. Lo mismo se puede inferir sobre la importancia de que el ombudsman tenga independencia de los grupos religiosos.
También es importante evitar reciclar funcionarios que ya han trabajado o trabajan en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ya que ellos mismos han admitido que la Comisión no está dando los resultados esperados y han mostrado los límites de sus conocimientos y creatividad en el desempeño de sus cargos dentro de esta institución, los cuales impidieron que la CEDH fuera un organismo que realmente protegiera los derechos humanos de las y los michoacanos. La Comisión debe pasar a la nueva era con una reingeniería de forma y de fondo.
Estas son las características, así como valores sociales, civiles y democráticos, con las que debe contar el titular de la Comisión de Derechos Humanos para llenar el cargo. Autoridad moral basada en el conocimiento, la ética y la capacidad de gestión es lo que se requiere para que la Comisión vuelva a ser una institución protectora y garantista de los derechos humanos. Es por ello que el Congreso está obligado a escuchar a la sociedad que representa, la que está exigiendo un ombudsman de y para el pueblo, para así combatir el hartazgo social en lo referente a quien preside las instituciones del Estado, puesto que se ha visto que estos titulares son personas que no tienen la mínima preparación, conocimiento y experiencia para dirigir a la institución, lo que se traduce en malos o nulos resultados en pro de las y los michoacanos.
Por ello, el tema de la presidencia de la Comisión de los Derechos Humanos es algo que no puede tomarse a la ligera. La Comisión necesita una reestructuración y una reorganización de fondo; esto solo se logrará mediante la elección de un perfil altamente capacitado, formado por la experiencia profesional tanto como por la academia, con especialización en la materia, el reconocimiento de sus pares, organismos de derechos humanos, sociedad civil organizada y sociedad civil en general, apartidista, con independencia ante grupos religiosos, con valores sociales, civiles y democráticos, autoridad moral basada en el conocimiento, la ética y la capacidad de gestión y limpio de cualquier interés político.
Solo este perfil de ombudsman michoacano puede trazar un nuevo paradigma en pro de los derechos humanos en Michoacán.
