Festejos guadalupanos 2020: de manera diferente, pero con la misma fe

Los feligreses acudieron a las afueras del Santuario de Nuestra Señora (Foto: Marco Santoyo)
Los feligreses acudieron a las afueras del Santuario de Nuestra Señora (Foto: Marco Santoyo)

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- De manera inusual este 11 y 12 de diciembre transcurrieron los festejos guadalupanos en Morelia, ya que pese a mantener cerradas las puertas del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, los feligreses acudieron a las afueras del recinto.

De manera escalonada, fueron contados los asistentes que, desde el pasado viernes por la noche, arribaron a la puerta del santuario, en donde está postrada la imagen de la Virgen de Guadalupe.

En el acceso al recinto este sábado se escuchaban murmurar plegarias y oraciones a la "morenita", donde los devotos colocaban con fe la palma de su mano en la puerta principal.

(Foto: Marco Santoyo)
(Foto: Marco Santoyo)

Mientras que otras personas lo hacían hincados pese a los fuertes rayos de sol de medio día.

Tajes típicos, cánticos, y hasta personas que llegaron bailando sin zapatos en el concreto quemante se apreciaron en el desfile de ciudadanos que acudieron al recinto a cumplir una manda, a rezar, o solo a persignarse movidos por la fe en la Virgen de Guadalupe.

La avenida Tata Vasco, en la que habitualmente se escuchaba el bullicio de los comerciantes, familias completas comiendo cañas y el sonido del tráfico, este año lució desoldada.

Solo se apreciaron elementos policiacos que resguardan el lugar y las interminables filas de vallas metálicas que impidieron la instalación de los oferentes de Las Cañas, y el sonido, solo era de tranquilidad.

(Foto: Marco Santoyo)
(Foto: Marco Santoyo)

Ahí se encontraba María de la Luz, quien acudió con la fotografía de su hijo desaparecido desde hace dos años, con una veladora, pidiéndole a la Virgen le conceda el milagro de que aparezca con vida, quien con lágrimas en los ojos se limitó a contar más allá de su petición a la morenita del Tepeyac.

Cruzando los cercos metálicos, a escasos metros del santuario, en el Bosque Cuauhtémoc se escuchaban los futbolitos golpear, los oferentes de Cañas decir "pase le ponemos ponemos pilón"; mientras que las pocas personas que asistieron este sábado algunas vestían trajes típicos mientras disfrutaban de los antojitos que venden como Cañas, mandarinas, cacahuates, frituras, fresas con crema, pizza entre otros.

Ante la contingencia sanitaria por Covid-19 las festividades se realizaron de manera diferente, pero con la misma fe por parte de los feligreses.

Por: Marco Santoyo/SJS

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