Por: Blanca Padilla/@blanespaga
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Todos los días la avenida Madero se llena de ruido, no hay minuto del día que en ella no se perciba el bullicio, pero esta noche de viernes el corazón de la ciudad se "enmudeció" por unos minutos y casi en la oscuridad poco después de las 20 horas alrededor de 22 cofradías inundaron de luto la calle real.
Justo al ocultarse el último rayo de sol en la avenida Madero cerca de dos mil personas partieron desde la calzada de Fray Antonio de San Miguel para caminar casi en la completa oscuridad como muestra del luto, en la Procesión del Silencio, que por 41 años consecutivos se ha realizado en la ciudad, y que es una de las actividades de Semana Santa que se ofrece para propios y extraños, lugareños y extranjeros, creyentes y no.
Las campanas de la gloriosa catedral de la ciudad enmudecieron este viernes, sólo la matraca monumental retumbó por la tarde como la hace una vez cada año en señal de luto.
En el quinto día de la Semana Santa cientos de visitantes acordonaron la gran calle real para acompañar a la Virgen María en el lamento de haber perdido a su hijo horas antes en la cruz.
Entre algodones de azúcar, papitas con salsa, elotes con chile, garbanzas, churros se azúcar, bolis, espadas de colores, burbujas y algunas botargas, los fieles católicos, integrantes de movimientos religiosos, viajaron desde las colonias de la ciudad, y desde algunas partes del territorio mexicano, para formar parte del luto católico que recuerda la muerte de Jesús de Nazaret.
La Procesión del Silencio arribó a la catedral de la ciudad cerca de las 20:36 horas, los padres callaban a sus hijos con una gran "Shhhhhh, hay que guardar silencio en lo que pasa Jesús en la cruz".
Justo en la puerta de la catedral fueron recibidos por el arzobispo Carlos Garfias Merlos, quien por primera vez desde su cargo en la ciudad dio el pésame a la Virgen de Dolores.
Esta noche a los visitantes se les entregaron cerca de cinco mil velas para iluminar el camino de luto, al sonido de los tambores retumbaba de calle a calle ante el silencio de los visitantes, la matracas tronaban poco y las cofradías avanzaron por la avenida Madero hasta dar final al recorrido en la plaza de Capuchinas.
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