Guerra contra el huachicoleo

Guerra contra el huachicoleo

Por: Carlos Alberto Monge Montaño

"Un buen gobierno es como una buena digestión; mientras funciona, casi no la percibimos". Erskine Preston Caldwell (1903 – 1987). Novelista estadounidense.

Por supuesto que es plausible que finalmente un gobierno federal incluya entre sus prioridades erradicar la corrupción, que como lo ha señalado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, involucra a personajes que han estado en los más altos niveles de la administración pública de este país.

Claro que una mayoría de mexicanos celebramos que finalmente se procure detener la sangría a Petróleos Mexicanos a través de una presunta red de corrupción que podría involucrar a miles de personas, tanto del ámbito público como del privado, lo que hasta el momento ha logrado un ahorro de 2 mil 500 millones de pesos en tres semanas. Vale recordar que el director de PEMEX Octavio Romero Oropeza, calculó que las pérdidas por robo de combustibles en 2018 ascendieron a 66 mil 300 millones de pesos.

El pero radica en la ineficacia de las autoridades para diseñar una estrategia que a la par de erradicar el huachicoleo, no afecte la actividad cotidiana y productiva de la población, como lamentablemente sucede en cuando menos, regiones de 10 entidades en el país.
La ausencia de una ruta crítica se hace evidente cuando las autoridades responsables y el propio Ejecutivo Federal, son incapaces de establecer con claridad para cuándo podrían resolver el desabasto, a lo más, señalan que "se prevé que lo más pronto posible quede restablecido el suministro del combustible en los estados afectados".

Para colmo y como tradicionalmente sucede, los hechos ponen en evidencia el discurso de las autoridades que insisten en que no hay desabasto y que no hay manera de que se carezca de los hidrocarburos en la Ciudad de México, resulta que ya hay gasolineras que se encuentran cerradas, justo porque ya no tienen producto. Si bien puede ser resultado de las compras de pánico, lo cierto es que éstas se dan ante la ausencia de información precisa y contundente.

Por lo pronto, está claro que la administración federal no fue capaz de diseñar una estrategia efectiva que atacara contundentemente el huachicoleo, pero sin afectar al resto de la población que mayoritariamente no tiene la culpa, pero regularmente la paga.
El colmo sería que luego del operativo para combatir el robo de gasolina, no hubiera consecuencias o peor aún, que se pretenda perdonar a todos los corruptos y ladrones responsables del robo de gasolina porque no hay cárceles suficientes.

Sin embargo, no se puede perder de vista que el problema no está solucionado y tampoco resulta sano evitar una reflexión sobre las consecuencias que se avecinan si no se regulariza el abasto en una semana o quince días. De prolongarse, las autoridades de todos los niveles y en especial las federales, deberán tener claro que la ausencia de gasolina podría generar inmovilidad de la población, paralizar trabajadores y empresas completas, escasez de alimentos y un largo etcétera.

Por el momento suena dramático y excesivo, pero la decisión que se tomó de cerrar ductos para surtir gasolina sin tener a la par una estrategia de abasto, obliga a ponderar cualquier situación ante un error, una estrategia fallida o un real desabasto. Dicen que más vale prevenir que lamentar.

Así que el Gobierno Federal y en este caso PEMEX, están obligados a ser muy claros y precisos para explicar a partir de cuándo y de qué manera se normalizará el abasto. Para como están las cosas, ya no es suficiente el discurso que asegura que "hay suficiente gasolina para atender la demanda" y parece que tampoco funciona su invitación a la población para "no realizar compras de pánico, ni caer en especulaciones de escasez de combustible".

Alguien tendría que recordarles que las especulaciones nacen de lo que se percibe y de la ausencia de información contundente.

Así que una vez más, éxito al gobierno de López Obrador en la guerra que ha emprendido para erradicar la corrupción en todos sus niveles, pero ojalá que lo haga sin causar daño a la población que no tiene la culpa de nada y en especial, hacerlo con toda la claridad para que tampoco queden dudas de que los beneficiados del desabasto podrían estar cerca de él.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
cmongem@hotmail.com

AC

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