Hambre y pobreza se esparcen junto a la pandemia: Movimiento Antorchista

La pandemia sigue causando tanto pérdidas humanas en la entidad, como económicas en los bolsillos de los michoacanos (Foto Cortesía)
La pandemia sigue causando tanto pérdidas humanas en la entidad, como económicas en los bolsillos de los michoacanos (Foto Cortesía)

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La cuarentena pareciera no tener fin; a nivel nacional se ha declarado la fase 3 de esta pandemia llamada Covid-19 y las consecuencias para los más pobres del campo y la ciudad empiezan a tomar fuerza en todo el territorio nacional. No hay ventas en los negocios, el campo se seca y los alimentos cada día escasean más en las mesas de los hogares donde se hacinan padres, hijos, abuelos y nuevas familias en dos o tres cuartos.

A pesar de que el gobierno estatal anunció que echaría a andar desde el pasado 20 de abril un programa alimentario para las familias más vulnerables, no queda clara la forma en como se van a distribuir este apoyo y la pandemia sigue causando tanto pérdidas humanas en la entidad, como económicas en los bolsillos de los michoacanos; y el apoyo prometido aún no llega de forma eficaz.

Son varios los testimonios de esta realidad desalentadora, en todos lados; en el municipio de Zacapu, un vendedor de abarrotes, nos comentó que desde que se declaró la cuarentena "eterna", las ventas en su negocio han ido disminuyendo día tras día: "ayer una señora llegó a comprar cuatro rebanadas de jamón, dos jitomates y tres chiles verdes, y con eso iba a hacer la comida para seis personas, nada más, porque era para lo que le alcanzaba; yo aquí puedo fiarles a los vecinos, pero si me la paso fiando, voy a terminar en la quiebra, ¿y luego cómo le voy a hacer? No tenemos apoyo del gobierno, no se ve, pues", mencionó.

Mientras tanto, más al oriente de Michoacán, en el municipio de Maravatío, varios habitantes de las zonas más apartadas de la cabecera municipal comentan que prácticamente ya no tienen nada que comer en sus casas; es especial, la señora Carolina Urbina Ávila, mujer viuda de 67 años que vende quelites y nopales para sobrevivir expresó preocupación: "el domingo me fui a vender a Ucareo y no vendí nada, ya casi no hay gente en la calle, ni para el pasaje salió y para regresarme tuve que caminar, son 26 kilómetros hasta mi casa".

Testimonios hay miles, y todos coinciden en que el gobierno, principalmente el encabezado por Andrés Manuel López Obrador debe implementar un plan alimentario para ayudar al pobre en situaciones como esta, que nunca antes se habían vivido, que se regrese al pueblo un poco de los impuestos que todos los días durante decenas de años se han recabado, porque el Covi-19 aún tardará mucho en desaparecer y sin apoyos para los más vulnerables durante lo que dure la cuarentena, si no mueren por el virus, morirán de hambre.

Boletín/PO

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