Hígado graso ¿y no bebes alcohol?

Hígado graso ¿y no bebes alcohol?

¿Sabías que una persona, incluso un niño, puede tener hígado graso?
Muchos sabemos que la enfermedad del hígado graso es causada principalmente por beber alcohol en exceso. Pero en una persona que no bebe alcohol se pueden llegar a presentar acumulaciones de grasa excesiva en hígado y elevación importante de los triglicéridos, lo cual en entapas tempranas puede no presentar síntomas, pero en situaciones más avanzadas puede causar fatiga, hinchazón en piernas y abdomen, confusión mental, ictericia y otros síntomas.

Es muy importante detectar la causa, que principalmente se encuentra en nuestros hábitos diarios, pues de no tratarla podríamos desencadenar una insuficiencia hepática u otras complicaciones severas.

La dieta y los malos hábitos que solemos llevar actualmente, junto con la poca o nula actividad física, son la principal causa de que nuestro hígado no esté en perfectas condiciones, pues recuerda que todo lo que comemos y respiramos pasa siempre por este órgano tan vital e importante para nuestro funcionamiento.

Exceso de fructosa, la principal causa
Si bien en columnas anteriores ya he comentado que nuestro cuerpo no está diseñado para ingerir azúcar –hace millones de años ni siquiera existía–, pues la única fuente de fructosa que deberíamos ingerir es a través de las frutas de temporada y tal vez de la miel de abeja, que tiene otros múltiples beneficios. No podemos pensar que nuestro cuerpo soporte cantidades de fructosa en presentaciones como el jarabe de maíz de alta fructuosa, jugos de frutas, refrescos, jarabes de agave y cucharadas de azúcar diluidas en productos industrializados y procesados.

La forma en la que nuestro cuerpo procesa la fructosa es muy similar a la forma en la que procesa el alcohol, y el daño que puede causarnos en el hígado puede resultar exactamente el mismo. A diferencia de la glucosa, la fructosa sólo la puede metabolizar el hígado, pues es el único órgano que puede transportarla, pero la fructosa difícilmente se transforma en energía y, generalmente, se transforma en grasa, acumulando gran cantidad de ésta en nuestro laboratorio del cuerpo: nuestro hígado.

Otro riesgo importante del exceso de consumo de fructosa es la elevación que puede ocasionar en nuestros niveles de ácido úrico, lo que representa un mayor riesgo de padecer enfermedades como obesidad, diabetes o hipertensión arterial.

Reduce el consumo de fructosa y previene o revierte el padecer hígado graso:
Una persona que ya presenta alteraciones en su glucosa, como resistencia a la insulina o diabetes, es importante que no exceda el consumo de 15 gramos de fructosa al día, y que la fuente de ésta sea de origen natural, principalmente de frutas, pues contienen muchos nutrientes que también necesitamos: plátanos, mangos, frutas secas se deben de comer con moderación.

Una persona saludable también debe disminuir el consumo de fructosa para cuidar su hígado y sus niveles de glucosa, así como de ácido úrico; 25 gramos sería el límite para vivir saludable, también evitando consumirla a través de comida procesada y chatarra y eligiendo las mejores fuentes para su consumo.

Muy importante realizar rutinas de ejercicio de forma periódica, pues el metabolismo de la fructosa y de las grasas funciona mucho mejor cuando tenemos actividad física de forma constante.

Si tienes alguna duda sobre como mejorar el estado de salud de tu hígado, puedes contactarme a mi correo: esquivelmariaisabel@yahoo.com y en Facebook: Trofología y Alimentación Consciente.

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