Histórico y sorprendente resultó el anuncio que hizo el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en su última visita a Michoacán, respecto a federalizar el pago de la nómina del total de plazas estatales que suman más de 34 mil. El compromiso indudablemente es alentador, ojalá que puedan hacerlo realidad.
En caso de que sí puedan, la administración que encabeza Silvano Aureoles Conejo habrá ganado una importante batalla, tendría una oportunidad única para estabilizar las finanzas, invertir más en obra pública y disminuir la deuda que tiene con proveedores y terceros institucionales, que todavía supera los 11 mil millones de pesos, considerando que ya reestructuró y refinanció la deuda de largo plazo que ronda los 21 mil millones.
Luego de tres lustros con presupuestos deficitarios, al gobierno estatal le llegaría la oportunidad de lograr un presupuesto sin el déficit anual superior a los 5 mil millones de pesos, que se arrastra desde la era Lázaro Cárdenas Batel.
Además, en caso de que López Obrador cumpla la federalización de los servicios de salud, le quitará otro complejo problema al mandatario estatal, que estará obligado entonces, a dejar un Michoacán estable en lo financiero y a desempeñarse, en lo que resta, con total austeridad y transparencia.
Sin embargo, en medio de semejante compromiso, vale tener en cuenta algunas variables.
En fin, no resta más que esperar que esta vez sí se cumpla el compromiso, independientemente de los obstáculos que ponga el magisterio, de los enconos que prevalezcan en lo más recóndito de López y Aureoles y de los conflictos personales y de partido que prevalecen entre seguidores y/o feligreses de ambos mandatarios. Ojalá.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias. cmongem@hotmail.com