La CNTE: un movimiento líquido

En estas semanas los ciudadanos michoacanos hemos atestiguado la volatilidad y transitoriedad de las posturas de la CNTE, ente gremial que incongruentemente permanece cobijado bajo las siglas del SNTE, desde donde practica mecánicamente su conocida táctica de movilización-presión-negociación-repliegue, partitura simplona en la que  teatralmente simulan pugnar por el más recalcitrante anarquismo antisistémico, pero al cabo de un cambio de vientos políticos se contradicen ideológicamente incluso al extremo de ser comparsas de la más abyecta cooptación, sin más ambición residente en el fuero interno de sus jerarcas que la de continuar alimentándose de los recursos públicos, sin importar los derechos de quienes voluntaria o involuntariamente se interpongan en su camino.

En ese sendero extraviado en el que sus cúpulas han cometido toda clase de atrocidades, a la CNTE la han pervertido en un movimiento al que podemos catalogar de líquido, de acuerdo con la descripción que realiza el filósofo polaco Zigmunt Bauman, desde la cual, la única verdadera característica de la CNTE es su necesidad de contar con una identidad flexible, mutante y acuosa, que le permita afrontar exitosamente las incontables metamorfosis que la realidad educativa le habrá de requerir para continuar expoliando los recursos públicos.

De esta manera, cobran sentido múltiples particularidades que hacen que sea un movimiento contradictoriamente presente y con pasado histórico, estridentemente anacrónico y a la vez transitoriamente vigente, que olvida los propios pasos y le apuesta a la desmemoria colectiva, en la ruleta de los hechos mediáticos en los que en no pocas ocasiones sorprende a quienes están demasiado ocupados viviendo su existencia y de cuando en cuando levantan la mirada para contemplar la realidad michoacana, sin darse cuenta que ésta se convirtió desde hace al menos una década en un recursivo uróboros.

Acostumbrada a metabolizar los recursos disponibles, la CNTE en esta temporada los busca con desesperación en su mal llamada "jornada de lucha",  en donde ha encontrado la mayor resistencia institucional de su historia en Michoacán. No le está resultando nada fácil, por lo cual actúa de manera más descarada, sin importarle que sus contradicciones ideológicas y operativas broten a la luz con mayor facilidad que nunca. Hoy, es del dominio público que prometiendo liberación esclavizan a su militancia, que anulan el disenso y  pluralidad, que han perseguido con saña el pensamiento crítico en su seno y lo han pervertido con el uso indiscriminado de consignas e ideología.

Y en su licuefacción, no ceja de amenazar  con escalar su putsch hasta la "huelga nacional", desde la cual atemorizan a los ciudadanos pacíficos con  una revolución y toda clase de movimientos que impliquen pérdidas para los que no viven de la agitación y la protesta social. Sembrando angustia colectiva, que es perseverantemente alimentada desde las más altas esferas de su red y propagada por sus vías de comunicación de masas, no dudan en maquinar que todos aquellos que no usan la máscara rojinegra de la CNTE son merodeadores malintencionados, personificados por padres de familia que demandan educación de calidad para sus hijos, maestros conscientes que respetan la normatividad, por estudiantes que sí desean aprender y no solamente pasar, por ciudadanos que cuestionan que para las élites de la CNTE el fin justifique los medios, seguido de un largo etcétera.

Así, diletantemente, con el incesante oleaje de sus prácticas beligerantes, pretenden remojar los cimientos de institucionalidad con su fangosa visión de libertad. El típico militante de la CNTE, en sus delirantemente infinitas posibilidades de manumisión, no cae en la cuenta de que su contexto es limitado y que solamente está actuando mecánicamente. En su ingenuo y eterno retorno, aspira mediante la marcha, el plantón y los gritos destemplados transformar un sistema socioeconómico y político, sin caer en la cuenta que el origen de la riqueza es el trabajo, el cual adquiere valor agregado mediante la educación, que le infunde conocimientos, transferencia de tecnología e innovación lo cual posibilita alcanzar mayores estadios de bienestar y desarrollo. En lugar de centrarse en los procesos económicos sociales sustantivos, continúa pretendiendo transformar la realidad luchando contra inermes y fantasmagóricos molinos de viento, lo cual realiza mediante la toma de casetas, el cierre de centros comerciales, entorpeciendo el traslado de bienes a los centros de distribución, así como las labores cotidianas del sector terciario, provocando colapsos a la economía y a la estabilidad social que interpreta como destellos de emancipación, pero que en realidad solamente ralentizan y taran el desarrollo integral de la entidad.

En esa hiperindividualización que bajo un doble artificio realizan al interior de la CNTE, mediante silogismos se les hace creer a sus militantes que están actuando grupalmente, cuando en realidad solamente persiguen beneficios individuales, cuantificables mediante el "marchómetro", o satisfaciendo sus aspiraciones de trascendencia, trepando con avidez la pirámide de Maslow, sin caer en la cuenta que la principal acción colectiva que realiza el magisterio michoacano es frente a las aulas, educando a los estudiantes. Víctimas de ese doble engaño, disuelven sus líquidos pecados en la embriaguez tumultuaria de sus movilizaciones, siendo contradictorio arquetipo viviente de aquello que en su imaginario dicen combatir, fundiéndose en un gólem sindical que ejecuta a la perfección las labores más ignominiosas que los peores enemigos de la humanidad pareciesen estar instruyéndole.

Incesantemente, los ideólogos de la CNTE infunden incertidumbre y miedo, precipitando a su militancia y a quienes les prestan sus oídos hacia el pantano del encono social, sumergiéndoles en una visión pesimista de la realidad en la que todo está predicho por una conspiración global que a toda costa busca adueñarse de las escuelas michoacanas, especialmente las más precarias, por ser fuentes de riqueza inagotable, con las cuales es plausible amasar estentóreas fortunas.

En este episodio de asalto a los recursos de la escuela pública tiene lugar este escarnecedor reality show de la protesta, en el que nos enteramos cómo los supuestos liberadores son teledirigidos a través de las redes sociales, de las campañas de control grupal e impelidos a continuar escalando grados centígrados en una olla de presión social que ellos mismos se atrevieron a cerrar, buscando primero el derretimiento de las redes ciudadanas y de la confianza en el gobierno, pretendiendo incluso alcanzar la ebullición a su interior, combatiendo frontalmente con ello las posibilidades de solidificación de las instituciones y de la concreción exitosa de las historias de vida de los michoacanos mediante la educación.

Esta semana, los líderes de la Sección XVIII de la CNTE, dieron muestras penosas de que para ellos la educación es un botín, comportándose como una corporación a la que no les importa ver al sistema educativo estatal cual cadáver  partido a la mitad, con tal de no perder su cuota de poder y recursos. La primera de ellas fue  parapetarse y tomar a los niños de rehenes durante las horas en las cuales sus padres o tutores confiaron en ellos para impartirles educación, para llevarlos a marchar a pesar de ser menores de edad, haciendo uso faccioso de los hijos de los michoacanos, lo cual nada dista de las actuaciones de las dictaduras más tozudas y beligerantes que ha conocido la humanidad. Los  ardides empleados para alcanzar sus injustificables medios estuvieron situados a su misma altura moral, ya que fueron amenazas de reprobación, promesas de incremento de calificaciones y toda suerte de tácticas de manipulación y  engaños, exponiendo a los estudiantes al riesgo de un accidente vial.

Pero, ¿qué tanto vale para los dueños de la CNTE la líquida vida humana, cuando dicen entre otras sofisterías que "si los héroes ofrendaron su vida en la revolución, qué importa perder un ciclo escolar"?  No olvidemos que durante décadas de movilizaciones decenas de sus militantes han fallecido en accidentes viales, por la abusiva convocatoria a marchas y plantones. Por ejemplo, el pasado 14 de junio se conmemoraron tres años de la lamentable muerte de siete militantes de la CNTE, quienes por instrucciones de sus cúpulas se encontraban tomando la caseta de San Ángel Zurumucapio, en donde perdieron la vida por una falla mecánica de una pipa. ¿A quién beneficia la hipermovilización de los militantes de la CNTE, tratados como fluido y no como personas? Es injustificable exponer a infantes y maestros a esta clase de situaciones, tan solo por la ambición de unos cuantos líderes, quienes licúan los vínculos entre los maestros, reduciéndolos a turba.

Aunado al riesgo antes mencionado, incurrieron en la mercantilización del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que  para los propietarios de la CNTE es dable marchar a cambio de pasar el año, sustituyendo el trueque a la meritocracia y al estudio, disolviendo los lazos entre el magisterio y el alumnado, refundiéndose los libros en un rincón y la calificación se convierte en moneda de cambio, que al final licúa las legítimas aspiraciones de movilidad social, emancipación y educación, confirmando que la educación en manos de la CNTE es sinónimo de privatización. Con ello, los profesionales de la protesta educativa están maquiavélicamente conformando al lumpenproletariado del mañana, a los parias de la modernidad a su modo, quienes serán víctimas vitalicias de un sistema educativo perverso y torcido para conformar a las legiones de desempleados que harán larguísimas filas en las levas sindicales, ambicionando una plaza sin mayor mérito que haber comenzado a movilizarse desde la secundaria. Con ello trocarían el bien común educativo por un puntaje individualizante, obtenido mediante un marchómetro juvenil, imponiendo con ello un modelo abyecto de educación bancaria para oponerse a la ley vigente en materia educativa.

Un segundo acto perpetrado esta semana, líquidamente descomprometido,  fue dejar a la enorme mayoría de maestros michoacanos sin cobrar para que no se exhibiesen ni despidiesen a los aviadores, corruptos y vividores del sistema educativo estatal; lo que constituyó un acto prefabricado para generar mayor presión a las autoridades, escondiéndose detrás de aquellos que sí trabajan, asumiendo una vez más, la máscara huelguista. Fue un plan concebido en la Asamblea Estatal Representativa de la CNTE que tuvo lugar esta semana.  Si bien se vieron involucradas 10 mil 700 personas en los descuentos salariales registrados en los cheques  emitidos en tiempo y forma por la SEE, vale la pena destacar que de ese total, mil seiscientas personas que cobran en la nómina de la SEE acumularon cuatro faltas o más, con lo que estarían en el supuesto que establece la Ley Federal del Trabajo para ser materia de un cese, por lo que habrá que revisar la cifra y listados de ilegales protegidos, comisionados y testaferros de la CNTE, porque es muy probable que la lucha que entablaron sus cúpulas es por lograr que sus incondicionales continuasen cobrando sin trabajar.

Por  todo lo anterior, es importante  mantenernos debidamente informados respecto a las verdaderas razones que  impelen a movimientos que solamente buscan el estallido social, para exigir ciudadanamente que las instituciones educativas prevalezcan, ya que son las responsables de hacer efectivo y viviente el derecho a aprender de los niños y jóvenes michoacanos. Este es un alto fin que debe buscarse por todos los medios legítimos a nuestro alcance, por encima de que movimientos líquidos y metamórficos busquen a toda costa trivializar y desmontar el marco legal, socavar el andamiaje social y planificar la inyección de una dosificada porción de angustia a nuestro sistema educativo estatal, para con ello, obtener las ganancias políticas y económicas que implicarían disolverlo hasta convertirlo en un río revuelto.

No debe omitir la CNTE y su militancia reflexionar sobre su real aporte a la evolución de la nación y sus crasas contradicciones, para reconvertirse en una organización constructiva y de propuesta, para  que incluso en caso de decidir seguir siendo un movimiento líquido, aun así aprecien la diferencia entre representar un manantial, un lago o un pantano para los estudiantes michoacanos, quienes todo lo que requieren abrevar de los maestros y escuelas michoacanas es educación que les permita trazar y vivir con plenitud sus existencias.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

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