Cada cuatro años el planeta se paraliza ante uno de los fenómenos más importantes del deporte: el Mundial de Futbol. Hace unos días, todos gozamos y nos entusiasmamos con el triunfo de la Selección Nacional ante Alemania; para muchos es la mejor temporada porque disfrutan de encuentros entre los mejores equipos del mundo.
Este año, además, tuvimos una noticia que cimbró al país: la FIFA otorgó la sede del Mundial de 2026 a la candidatura conjunta de Estados Unidos, Canadá y México, durante el congreso celebrado en Moscú.
En el Mundial de 2026, por primera vez, participarán 48 países en 80 encuentros, de los cuales se disputarán 60 en Estados Unidos, 10 en Canadá y 10 en México.
Más allá de la cuestión deportiva y de espectáculo que significa el Mundial, es muy interesante conocer lo que representa para la economía de un país organizar un evento de tal magnitud en su territorio, tanto en inversión como en recuperación de recursos.
Hasta el momento, el Mundial de Rusia es el más costoso de la historia; los gastos están valorados en casi 12 mil millones de dólares, y hasta el día de hoy no hay garantía de que esa cifra se recuperará.
Generalmente se asume que un Mundial es muy rentable económicamente para un país, por el aumento en el turismo, la creación de empleo y millones de dólares que deja la venta de boletos para los partidos y patrocinadores; sin embargo, la FIFA (Fédération Internationale de Football Associationes) es quien se queda casi con la totalidad de los patrocinios, derechos de televisión y ventas de mercancía alusiva al Mundial; por ejemplo, en Alemania 2006 la recaudación llegó a los tres mil 200 millones de dólares.
Se dice que el Mundial de 2026 generará una ganancia de 11 mil millones de dólares, además de que se estima una derrama económica para Estados Unidos por más de 5 mil millones de dólares en el corto plazo. Se espera, además, que la Copa del Mundo 2026 venda casi 5.8 millones de boletos, que representarán ingresos por más de 2 mil millones de dólares.
Una ventaja para México es que la Copa de 2026 se hará en conjunto con otros dos países y el nuestro organizará sólo 10 juegos, los cuales se llevarán a cabo en tres de las principales urbes de México: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, y en esas tres ciudades ya existe una infraestructura, sólo habrá que modernizar, pero los estadios ya están.
Si bien habrá que esperar para saber cuánto se invertirá, deberá generarse un esquema que permita que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) dedicadas a sectores clave para este evento, como servicios y turismo, se preparen para recibir a los millones de aficionados que viajarán a México.
Lo más importante: en Rusia se realizaron 177 mil reservaciones a través de la plataforma de renta de habitaciones Airb&b, por lo que será indispensable crear infraestructura para cumplir con las necesidades de este evento internacional.
Jesús Melgoza Velázquez
Secretario de Desarrollo Económico de Michoacán
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