Después de la enorme expectación que generó el tercer debate de candidatos a la Presidencia de la República, el resultado resultó ser una profecía autocumplida: ninguno de los aspirantes a gobernar la nación logró convencer a fondo con sus propuestas educativas. Es decir, resultaron reprobados en su misión de construir horizontes transformadores para la compleja situación de la educación nacional.
Recordemos que recientemente, la organización Mexicanos Primero presentó la iniciativa #EducaATuCandidato, que es una plataforma digital que se encuentra en el portal electrónico www.educaatucandidato.org, en donde se analizan las propuestas educativas de los candidatos a presidente de la república, para servir de apoyo en el sentido de que su discurso incluya propuestas educativas de fondo más allá de la retórica, para que éstas a su vez presenten soluciones integrales ante la problemática de nuestro sistema educativo nacional.
La evaluación se dio en torno a las cuatro dimensiones propuestas en el reporte titulado La Escuela que Queremos, presentado en febrero pasado, en donde se mencionan como grandes pilares de la educación nacional la presencia y preparación de las personas, las condiciones materiales, la red de apoyo y las relaciones y procesos de aprendizaje. Estas dimensiones a su vez están construidas por diecisiete componentes que muestran el logro de las autoridades en alcanzar conformar un sistema educativo que garantice verdaderamente el derecho a aprender, tanto en la nación como en las entidades federativas.
Las propuestas de los candidatos, se evaluaron en cuatro formas: sin propuesta, cuando simplemente no existió un posicionamiento propositivo respecto a alguna de las cuatro dimensiones mencionadas; incompleta, cuando el discurso vertido no permite conocer la ruta de logro de los propósitos planteados; suficiente, cuando hay un planteamiento claro, pero la propuesta excluye aspectos importantes del tema y completa, cuando la propuesta se expresa claramente y aborda todos los aspectos importantes del tema.
Bajo ese criterio, ninguno de los cuatro candidatos a presidente de México logró siquiera un seis de calificación en cuatro momentos en que fueron evaluados: cuando presentaron su plataforma política ante el INE, después de los foros organizados por organizaciones de la sociedad civil, mediante la respuesta a un cuestionario elaborado por Educa a Tu Candidato, enviada el pasado el pasado 11 de los corrientes y al finalizar el tercer debate del día 12.
De esta manera nos damos cuenta de que la calidad de las propuestas educativas aún tiene un enorme trecho por avanzar, que se dijo mucho en el debate, pero se propuso muy poco; ya que los candidatos se limitaron en lo general a refrendar lo ya dicho en campaña y realmente hubo poco contraste de propuestas, ya que aprovecharon el tiempo destinado a discutir el tema educativo para intercambiar acusaciones de toda índole.
En ese contexto convulso, no olvidemos que los procesos educativos continúan, al día siguiente del debate, las escuelas siguieron su curso normal, hubo estudiantes y maestros en las aulas y así se debe de contemplar la etapa electoral, como temporal y pasajera. El debate educativo seguirá, con, sin o a pesar de los candidatos a puestos de elección popular, pero por la misma situación, esforcémonos en hacer valer nuestra condición de ciudadanos aspirando a ser sociedad civil, incidiendo en la definición de la agenda pública y educando a nuestros candidatos, aunque después del debate se encuentren reprobados.
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