Les saludo con mucho cariño a todos los que me siguen a través de estos medios de comunicación social. Hoy quiero invitarlos a todos a ponerles atención y nuestra mirada en la eucaristía. La eucaristía es el modo como Cristo quiso quedarse con nosotros de una manera permanente y es quien construye la iglesia, quien construye la comunidad, quien alimenta y fortalece a todos los bautizados para poder ir encontrando la manera propia de realizar en la iglesia, en la sociedad, en el mundo, la presencia de Cristo.
Estamos a unos días de celebrar la fiesta del Corpus, esta fiesta eucarística por antonomasia y que nos hace realizar una expresión pública del amor, del fervor y la devoción que hay en nuestro pueblo en torno a la eucaristía. El corpus cuando todos vamos detrás del santísimo sacramento y caminamos en procesión por las calles de los pueblos, de las ciudades, como lo haremos aquí en la ciudad de Morelia, realizando nuestra celebración en la Plaza de San Francisco, y de ahí caminando hacia la catedral en procesión pero queriendo envolver con la eucaristía y el espíritu de la presencia de Jesucristo a toda la ciudad, a toda la arquidiócesis, a toda la iglesia de México.
Los invito a todos a que vayamos renovando nuestro corazón, el amor y nuestra adoración a Jesucristo presente en el santísimo sacramento, que la eucaristía sea el centro de nuestra vida de fe, sea el centro de nuestra vida personal en la fe que tenemos en cristo resucitado, y que la eucaristía sea quien construya la iglesia, quien construya nuestras comunidades parroquiales, nuestras comunidades diocesanas, quien construya la iglesia católica en donde quiera que esté presente, que construya las familias, alimente y fortalezca los matrimonios, que conduzca a los jóvenes al encuentro con cristo, alimente el fervor y amor de los niños y adolescentes, de toda la familia de toda la iglesia.
Seamos todos amigos de Jesucristo en la eucaristía.
Les hago llegar a todos mi bendición: el señor esté con ustedes, la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, amén.
