La palabra del arzobispo Carlos Garfias

Arzobispo Carlos Garfias
Arzobispo Carlos Garfias

Me da mucho gusto saludarles a todos y nuevamente quiero compartir con ustedes algunos de los momentos que hemos estado viviendo en la Arquidiócesis en estos días. Estamos iniciando unos encuentros con los sacerdotes de las siete zonas de pastoral que hay en la Arquidiócesis. Tuve un encuentro con los sacerdotes de La Piedad, y hoy nos encontraremos con los sacerdotes de la zona de Maravatío.

La intención de estos encuentros es conocer un poco más a los sacerdotes, acercarme a ellos y tener un espacio de diálogo para que tanto yo los pueda escuchar y ellos me conozcan a mí, y también me escuchen.

Hemos estado platicando de temas de interés y de importancia para nosotros los sacerdotes, sobre todo en relación a vivir de una manera más plena la amistad, la fraternidad. Los sacerdotes en unas preguntas que les hice me han pedido que podamos ser más cercanos, que yo pueda generar condiciones de confianza y que ellos puedan acercarse a mí para platicarme las situaciones personales y los temas y problemas de la pastoral. Y me da mucha esperanza y me hace valorar mucho el presbiterio de Morelia el ver que una de las grandes preocupaciones de los sacerdotes es cómo entre todos poder tener mejores condiciones para cuidar nuestra salud, poder tener la atención médica cuando se requiera, y de una manera muy especial la preocupación que hay para que podamos estar al pendiente de los sacerdotes mayores de edad, ancianos, enfermos, aquellos que por alguna razón se encuentran en circunstancias de limitación física o de imposibilidad de poder seguir realizando su ministerio.

Esto creo que manifiesta mucho el empeño y la preocupación que tenemos por poder vivir entre nosotros la fraternidad y la amistad sacerdotal. A todos los pido que oren mucho por los sacerdotes, que oren mucho por mí y que le pidan a Dios para que como presbiterio de Morelia crezcamos en unidad, en confianza y sepamos vivir entre nosotros la amistad y la fraternidad.

A todos les ofrezco mi oración y la conciencia de que todos los sacerdotes están en el esfuerzo de vivir con mayor plenitud el ministerio para seguir evangelizando y seguir descubieron juntos que cristo es nuestra paz.

Les hago llegar mi bendición: El señor esté con ustedes, la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, amén.

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