La política retórica

La política retórica

La política, como actividad ligada a la lucha por o en el ejercicio del poder y sus vicisitudes, compromete a cada una de las personas que vivimos en una sociedad más o menos organizada, porque en la sociedad vivimos como individuos colectivos y como una colectividad individual (plural si se quiere) asumiendo decisiones personales y colectivas.

Las metáforas de esta organización política nuestra, la han asemejado a la organización de las abejas, a la de las hormigas y a la de tantas otras especies que sería largo citar; pero la organización humana es "sui generis", por la capacidad reflexiva de los humanos y porque esa reflexión lleva, a través del lenguaje, a relaciones comunicativas para construir decisiones, a esas mismas decisiones que nos afectan, a querer y no, a todos.

Los mexicanos, con toda nuestra diversidad, formamos parte de esta gran colectividad de colectividades que es México y que se engarza en la red de las naciones del mundo, un mundo de naciones que cada vez influye más en nuestra organización mexicana, al grado que la mexicanidad de hoy en un mundo globalizante, es más universal, y paradójicamente, más ella misma e influyente del mismo modo en las naciones del mundo (la universalización del chocolate y el que los "gringos" coman totopos o nachos con guacamole, casi con esas palabras, por ponerlo simple, algo dice en este sentido).

Pareciera que el mundo se dirige de forma remota, pero no tan lejana, a una especie de estandarización mínima de la humanidad, con diferencias específicas.

Bien, pues nuestro México procesa y toma decisiones colectivas en ese contexto (nacional/global) y es un contexto que globalmente no es tan extraño al nuestro, pues a guisa de ejemplo, el presidente de los Estados Unidos de América (prometí hace columnas no mencionarlo por su nombre, para privarle de publicidad, imagen e influencia que tanto le gustan) como miembro de su colectividad y de la colectividad del mundo, cada mañana reflexiona (y no digo que lo haga correctamente, pero lo hace) y escribe en su cuenta de "twitter" mensajes que inciden en el discurso de toma de decisiones y en las decisiones que atañen a la colectividad (la suya y la global), en torno a su opinión sobre los tratados atinentes a la ecología y al cambio climático, a lo que sucedió y sucede con la influencia de Rusia en las elecciones presidenciales en las cuales resultó triunfante, entre muchas otras cosas, y por más que los datos parecieran indicar que ataca al medio ambiente del planeta para privilegiar a las empresas contaminantes y que enmascara una realidad ostensible, el discurso del presidente-empresario del vecino país del norte, pretende negar, refutar y modificar la realidad con su discurso.

En México, el discurso de los "poderosos" con palabras, imágenes e incluso con silencios (los silencios también son parte del discurso) ha pretendido ocultar, refutar o modificar la realidad de las decenas y decenas de miles de muertos en una guerra interna contra la delincuencia, ha pretendido hacer invisibles a los estudiantes muertos, ha procurado tornar el color blanco de una casa a transparente hasta el grado de que no se ve, ha enmascarado procesos judiciales relevantes para llegar a sentencias blandas, ha metido bajo el tapete el desaseo en el ejercicio del presupuesto público, ha cobijado como actos valientes vocaciones arribistas al poder público, ha barnizado con aluminio democrático la permanencia de los consejeros del INE que dilapidan el presupuesto más caro: el tiempo de la democracia, ha hermoseado el milagro pírrico de una macroeconomía eficiente con externalidades horripilantes en la microeconomía de la vida de millones de pobres, ha hecho mutis en la escucha ilegítima de miles de personas, en fin, ha hecho de la política en muchos casos, retórica, entendida esta como un arte suasorio que poco o nada mira en la justicia, en la verdad o en lo bueno.

(Y no digo que la política no pueda auxiliarse de la retórica, sino que la retórica –en su sentido más perverso, suasorio y demagogo– ha tomado el lugar de la política o se ha usado de la manera más incorrecta en ella. El impulso de "oradores" en concursos auspiciados por diarios de noticias y entidades públicas, parece que abonan más a una política retórica –para nada correcta– que a una retórica al servicio de la buena política).

¿De qué sirve un discurso político retórico carente de ética? La respuesta es más que previsible: de poco o de nada, y esto, esto es lo que tenemos hoy en día, sin flagelarnos en el atavismo de que los mexicanos somos incorrectos, malos, corruptos, perversos por naturaleza, pues ejemplos hay en el mundo de que este mal (la versión retórica de la política) se extiende por doquier.

Así que en el fondo, la crisis de la política, es una crisis ética cobijada por la retórica, y lo es para el mundo, como lo es para México.

Los mexicanos, poco podemos hacer frente a esa crisis en el mundo, pero debemos hacer algo frente a nuestra política mexicana: Comencemos por hablar como personas razonables, que no se nos mire o no nos miremos como estúpidos.

Más vistas

No stories found.
logo
Mi Morelia.com
mimorelia.com