La Universidad Michocana de San Nicolás de Hidalgo, con independencia de las otras instituciones de educación superior, públicas y privadas –patito y no patito– asentadas en el territorio estatal, constituye (La UMSNH) una muestra representativa de nuestra sociedad y un factor de la vida general del Estado y del país, en la proporción que corresponde.
También es, o debiera ser la UMSNH, cuna del pensamiento crítico, reflexivo y propositivo sobre los temas fundamentales y relevantes de la vida colectiva, y esto debiera ser, de inicio, sobre sí misma.
Al verse la UMSNH a sí misma, a su ombligo, debiera mirar como una pieza central a su Rectoría, a la titularidad de la misma, y considerar que las "viejas reglas del juego" que datan del siglo pasado para nombrar al(la) rector(a), no es deseable que rijan más, al menos en la forma en sucede ahora, porque este Michoacán, este México de hoy es distinto ya.
No parece admisible que las lecciones electorales recientes, ni los avances democráticos en general del país (por ejemplo, el reconocimiento de los derechos humanos en general y en particular de acceso a la información pública, de transparencia y rendición de cuentas) sean compatibles con las normas y prácticas de centralizar en un medio como la Comisión de Rectoría, envuelta siempre en un "halo de misterio", el nombrar a la persona titular de la propia Rectoría por un criterio de votación de mayoría (artículo 8 de la Ley Orgánica de la UMSNH) sobre todo si se considera que de los 8 integrantes de la Comisión de Rectoría, 5 son ex rectores, 1 director decano, 1 profesor decano y un solo alumno: el de mayor promedio.
Los universitarios nicolaitas (En esto se comprende a todos: alumnos, profesores, empleados, titulares de órganos y organismos universitarios…) debieran no solo de poder externar una opinión conforme a los moldes que cree ad hoc la autoridad universitaria para elegir al titular de la Rectoría, sino que deberían poder deliberar, participar y votar (en secreto) de manera libre, igualitaria, ponderada, formal, transparente, informada y con reglas legítimas previas, justamente para elegir a la persona en quien ha de recaer la Rectoría.
La situación de que hoy no se contemple en el marco jurídico universitario de la UMSNH, el proceso de elección y/o consulta y/o participación, de suyo debe observarse como una reminiscencia de las decisiones verticales del pasado, barnizadas con cierto mínimo democrático; pero nada impide que ese proceso electivo se desarrolle ya, incluso de manera previa a la próxima decisión de la Comisión de Rectoría.
Seguramente la proposición hecha aquí, será cuestionada por voces diversas –con intereses propios– que dirán que no se puede, que es una locura, que es fantasiosa, que va contra la situación real de la Universidad o que a la Universidad se la "politizaría" innecesariamente; pero la realidad es que sí es posible y deseable consultar, participar y votar para elegir a los representantes universitarios, entre ellos a la persona titular de la Rectoría; otra cuestión es si les conviene a ciertas personas y grupos que sea así.
Los universitarios son mayores de edad en mente y espíritu, con el derecho fundamental a ser consultados, a participar y votar por sus representantes, e incluso, tienen el derecho fundamental de ser votados para los cargos universitarios como la Rectoría, todo bajo ciertos lineamientos legítimos ¿por qué no?
Hay que dejar atrás eso de que "x" apoyado por fulano, "y" por perengano. Hay que atreverse y atender a la nueva realidad.
Más democracia universitaria: Consulta, participación y voto, para elegir a la persona titular de la Rectoría de la UMSNH, es deseable.
