La semana pasada la iniciamos con la noticia de la primera derrota importante para Trump. El congreso le rechazó su iniciativa de eliminar el conocido Obamacare lo que lanza un mensaje más importante que la propia iniciativa y es el mensaje de que Trump ni es tan fuerte ni tiene tanto respaldo como él piensa.
El congreso estadounidense le demostró que, independientemente que él sea el presidente, ni siquiera sus compañeros de partido lo seguirán a ciegas. Ahora, en términos financieros, el mensaje subliminal es mayor y te explico la razón:
Independientemente del impacto social que implicaba eliminar el Obamacare el trasfondo económico es que, este plan de seguridad social y de salud, cuesta muchísimo dinero. Si lo cancelaba, Trump liberaría ese dinero el cual, en parte, planeaba usar en su reforma fiscal la cual contempla reducción a los impuestos de las empresas lo que impulsaría el empleo. Otra parte de esa lana planeaba usarla en su plan de infraestructura mediante el cual esperaba incrementar la construcción de obra pública usando constructoras locales.
En resumen, Trump quiere apalancar el crecimiento económico a costa de la seguridad social. Una reducción simplista de su estrategia sería que en lugar de regalarle servicios médicos a los ciudadanos prefiere darles empleo para que ellos mismos se los paguen. Podría no sonar tan descabellado pero en realidad es eso, una idea simplista y cortoplacista que solo considera a aquellos de la clase media hacia arriba porque de qué le sirve a una persona de bajos recursos tener un empleo si con ese sueldo le alcanza o para comer o para el doctor pero no para ambos.
El coletazo de este rechazo legislativo podría alcanzar a México mediante un efecto que parecería no ser tan evidente. Perder esta batalla obliga al Presidente de EUA a buscar de manera desesperada una victoria en algún otro tema de manera rápida. Ya avisó que va a impulsar la reforma fiscal pero es un tema que puede ser muchas cosas menos rápido.
Otra manera de recuperar su imagen de chico malo y fuerte sería agarrarse a trancazos con alguien como Corea del Norte, Iran o ISIS pero una guerra cuesta mucho dinero y lleva mucho tiempo lo que descarta esta estrategia como probable en el corto plazo.
La última sería la de cumplir su promesa de campaña de tomar una posición proteccionista en términos económicos. Comenzar una guerra comercial es un arma de doble filo ya que si se pone con alguien comparable en fuerza le puede salir el tiro por la culata así que lo más probable es que se busque a alguien más débil y ¿quién creen que sería ese adversario? Pues evidentemente México.
En referencia a nuestro país hay 2 temas principales: El primero es el mentado muro el cual costaría mucho dinero el cual quedamos que ya no va a tener porque no pudo tumbar el Obamacare. El segundo tema es el ya conocido BAT (Border Adjustment Tax) que se trata, sin tanto rollo, del impuesto a las importaciones que haga EUA desde México. Esta es una medida que tiene facultades de imponer de manera rápida y con la cual buscaría retomar el protagonismo como un Presidente que cumple y sería como dar un manotazo en el escritorio.
No hay que perder otra cosa de vista, ya hay evidencia suficiente de que gente de su campaña tuvo contacto con los rusos pero, si le demuestran que él lo sabía, esto podría ser suficiente para que definitivamente lo tumben de la presidencia; así que su atención estará dividida en estos 2 frentes: cuidarse que no lo agarren en la movida rusa y demostrar que sigue siendo poderoso a pesar de la derrota del Obamacare.
Con este nuevo entorno habrá que tener cuidado ya que un tweet o una declaración sorpresiva a la prensa podría presionar de nuevo el tipo de cambio y tumbar los mercados financieros.
Considero que habríamos que ser cautelosos ya que así como la expectativa negativa llevó al dólar a valer más de 22 pesos y a las bolsas a experimentar un flash crash, la disminución de las amenazas generaron una recuperación igual de rápida tanto en el tipo de cambio como en las bolsas. Esa volatilidad incontrolable es la que va a seguir presente el resto del año así que, tal y como la volatilidad representa oportunidades, también representa riesgos. Ya tú sabrás cómo la aprovechas…
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