Pueden ser las 6:00 de la mañana o las 11:00 de la noche, sábado o incluso domingo, y nada parece detener las llamadas telefónicas molestas en las que uno resulta ser "afortunado" porque, de la nada, te ofrecen créditos o seguros bancarios.
La interrogación que comúnmente nos hacemos es cómo la operadora tiene tanta información personal: teléfono de casa, nombre e, incluso, datos financieros, y es común preguntarle: ¿cómo obtuviste mis datos personales? Sin embargo –de manera lamentable y de forma general–, sólo colgamos el teléfono sin denunciar los hechos.
Este caso no es aislado, al contrario; en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales existe registro de 255 procedimientos instaurados (del año 2012 a la fecha) por el mal uso que le da el sector privado a los datos personales. En estos procedimientos se han impuesto sanciones que en total alcanzan los 360'572,659.11 pesos.
Cabe señalar, que al hablar del sector privado se engloba a los servicios financieros y de seguros, profesionales, científicos y técnicos, de apoyo a los negocios, de salud y de asistencia social, educativos, entre otros.
Así, el problema lo representa el tráfico de datos personales, hecho que propicia transacciones fraudulentas y robo de identidad, lo que obliga a cuestionar ¿qué debemos hacer para evitar que nuestros datos personales tengan una finalidad distinta a la deseada?
Es transcendental conocer el valor de la privacidad y cómo defenderla, porque en ocasiones se hace entrega de información de manera indiscriminada.
Es muy importante que toda entrega de datos personales se haga con la certeza de que quien la recibe tenga procedimientos que garanticen que la información tendrá un tratamiento lícito, y que, cuando se haya cumplido con la finalidad, sea devuelta la documentación y se proceda a la cancelación de los datos. Por ejemplo, cuando se presenta solicitud para obtener algún crédito bancario y es negado por cualquier razón, como titular de los datos personales debes exigir a la institución bancaria que te devuelvan los documentos que se presentaron y que cancelen todo dato que haya quedado registrado en el sistema de la institución.
Otros errores que comúnmente se cometen es la falta de lectura de los contratos; en muchas ocasiones los escritos que se firman contienen cláusulas que hablan del traslado de datos a empresas que promocionan servicios, o el poco interés por conocer el aviso de privacidad, en el cual se señala qué áreas de la institución va a manejar los datos personales y cómo.
También, se debe señalar que las nuevas tecnologías están rebasando muchos de los sistemas de seguridad de las instituciones, por lo que se debe cuidar que las transacciones que se realicen se hagan desde una red segura y que cuando se contrate algún servicio financiero se pregunte cómo van a proteger los datos otorgados.
Finalmente, se tiene que tener presente que, si bien es cierto que el sector privado tiene la obligación de proteger los datos personales, también lo es que es obligación de cada una de las personas su entrega responsable.
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