Me da mucho gusto saludarles a todos, ahora en el contexto de las clausuras de los periodos educativos que tenemos en México, en nuestro estado y en todas las escuelas, institutos y universidades; es una bendición de Dios que podamos decir que estamos concluyendo estos periodos escolares, que han permitido que los niños, los adolescentes, los jóvenes, los estudiantes universitarios, concluyan periodos en su educación.
Aprender, dejarse guiar y orientar por los maestros, adquirir nuevos conocimientos, aprender a desenvolverse en las diferentes responsabilidades y compromisos de la vida, será siempre un gran desafío, pero hacerlo durante el tiempo escolar es una gran bendición de Dios.
Los invitó para que durante estos días, todos en las familias, los estudiantes en las diferentes etapas de su educación y todos en la sociedad y en la iglesia, agradezcamos a Dios por esta gran oportunidad de educarnos, que todos tengamos este anhelo de hacer salir de nosotros mismos nuestra inteligencia, nuestra voluntad, aprender a tener más conocimientos, aprender a usar esos conocimientos para servir a nuestros hermanos y para ofrecer toda nuestra capacidad y todo nuestro aprendizaje en favor y en servicio de la sociedad y de la iglesia.
También ojalá que los maestros, los padres de familia, los adultos, los sacerdotes, todos los que podamos colaborar en el tema de la educación lo hagamos de una forma responsable y comprometida, hoy, recordemos que todos estamos invitados para ser constructores de paz y para implementar un proyecto nacional de educación para la paz; ojalá que la iniciativa que están tenido ya de parte de la dimensión de educación y cultura para implementar un proyecto de educación para la paz, todos podamos aprovechar esos materiales para difundirlos y aplicarlos en las familias, en las escuelas, en las parroquias, en los centros educativos, en todos los espacios y que la educación para la paz nos comprometa a educar siempre agradecidos con Dios y reconociendo que la educación es una bendición con la que Dios nos beneficia a todos aquellos que la queremos aprovechar.
Les bendigo con mucho cariño, el señor este con ustedes, la bendición del Dios omnipotente padre, hijo y espíritu santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, amén
