Vaya frases e intenciones que se escucharon durante la semana, de frente a las elecciones del 1 de julio próximo. Por ejemplo, el Jefe Diego, polémico como siempre, dijo algo hace unos días que metió mucho ruido en esta época electoral. "La única forma de sacar a Anaya de la carrera presidencial es matándolo", señaló Fernández de Cevallos, asesor legal de Ricardo Anaya, en entrevista radiofónica.
Recordemos que el Jefe Diego fue candidato a la Presidencia de México en 1994, año en que en plenas campañas electorales asesinaron al priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta, aquel fatídico 23 de marzo, que aún tenemos en nuestra memoria por el fatal hecho y las terribles consecuencias para México.
No necesitamos en nuestro país agoreros que enrarezcan el proceso electoral, y tampoco podemos aplaudir una persecución a ningún candidato por parte del Estado como tal.
Ricardo Anaya debe ser investigado por el presunto delito de lavado de dinero y, si se le comprueban los hechos, aplicar la ley, tal como está estipulado en nuestra Constitución.
Pero no solo a Anaya, ya que si pesa alguna denuncia sobre cualquier candidato, ya sea presidencial, a una senaduría, diputación federal y local a a las alcaldías, se debe privilegiar la legalidad. Ninguna sombra o duda debe quedar sobre los aspirantes, a 25 días de que arranquen las campañas federales.
