Por: Andrea Hernández/@andy_hermar
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Durante 2016 en Michoacán se registraron 302 casos de intoxicación severa derivados del uso excesivo o inadecuado de los agroquímicos y sus contenedores.
Esta cifra suma en total mil 800 casos desde 2010 en la entidad según los registros de la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Coepris), instancia que en busca de disminuir la incidencia de este tipo de casos realizó la Certificación de Competencias Laborales para el uso Adecuado de Agroquímicos en el Medio Rural y Urbano del Estado de Michoacán de Ocampo.
En el marco de la entrega de los reconocimientos a los 42 asistentes a la certificación, el titular de la dependencia Rafael Tinajero Pérez señaló que "la mayoría de los productos derivados de la investigación científica hacen la vida más llevadera pero, si no se utilizan moderadamente causan afectaciones a la salud".
Es por ello que resaltó la importancia de que todas las personas que tengan contacto con los agroquímicos, ya sea por uso o comercialización, conozcan y apliquen las técnicas adecuadas de uso y almacenamiento de los mismos.
Indicó además que en el mercado más de mil sustancias se utilizan con este fin y existen más de 50 mil fórmulas cuyo uso ha desencadenado incrementos en los temas agrícolas y ganaderos al tener el acceso a sustancias que erradiquen las plagas, mejorando así la calidad de los productos, ya que afirmó que anualmente se comercializan 50 mil toneladas de plaguicidas y pesticidas que representan al sector 400 millones de dólares de ganancias.
Así mismo refirió que las zonas con mayor número de casos de intoxicaciones están ligadas por el del uso del suelo "actualmente las jurisdicciones sanitarias de Uruapan y Pátzcuaro han empezado a tener una mayor prevalencia en el tema de intoxicaciones agudas por el uso de plaguicidas, hasta hace un par de años los primeros lugares eran ocupados por Zitácuaro y Apatzingán y ahora eso ha cambiado", dijo.
Por ello hizo un llamado a la población a evitar el uso de plaguicidas de mala calidad y caducados, almacenarlos correctamente y utilizarlos para los fines con los que son creados, así como desechar los envases de manera adecuada y evitar a toda costa reutilizarlos para almacenar otras sustancias.
