Por: Héctor Jiménez/@Hectorjjmm
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- "Un narratón es como un ratón pero no es un ratón", es como inicia el narratón del Círculo de Cuentacuentos de Michoacán en la calzada "de San Diego" de Morelia.
El narratón es una función ininterrumpida de más de una hora de actos de cuentacuentos profesionales, disfrutada por niños desde sus carreolas, padres sentados en las bancas de cantera y abuelitos con cabellos blancos protegidos bajo paraguas.
Las historias van desde una planta enredadera enamorada de un muro, una "calaca" que se casa con un sepulturero, o un cuervo que logra hacer el intercambio de una espina, por una vela, por una vaca, por una moza y finalmente una flauta.
Los cuentacuentos (Emma Orozco, Ruth Loaeza, Teresita Sánchez, Nora Lucía Díaz, Eduardo Mozqueda, Ismene Mercado, entre otros) sólo necesitan de una bocina y un micrófono para no sólo contar las historias, sino cantar, bailar, actuar, dramatizar voces, interactuar con el público e incluso invitar a los asistentes a pronunciar algunos de los diálogos.
El resultado es un género híbrido, en un espacio tan democrático como puede ser la sombra de un árbol en la calzada "de San Diego".
Andrea Finck y Jaime Homar García (sic) cuentan una historia dramatizada sobre "el verdadero color de los elefantes" en la que, según se explica, los paquidermos originalmente no eran grises sino negros o blancos, y cada manada se encargaba de dominar una mitad del mundo.
Son pocos los asistentes que van abrigados. Algunos pocos llevan paraguas, otro por casualidad porta un sombrero Panamá o una sudadera con capucha. Casi todos traen puesta ropa de verano. Sin embargo, cuando comienza a caer la lluvia, la mayoría decide quedarse en el lugar, para escuchar una historia más…
amm
