Les saludo a todos con mucho cariño y hoy quiero que reflexionemos juntos contra el día mundial contra el trabajo de los niños.
Desde la observación del Día del Niño y desde los esfuerzos que hacemos para la educación y para poderles dar las mejores condiciones y atención a nuestros niños todos nos venimos haciendo conscientes de que el trabajo no es el tiempo de la niñez propicio para que lo realicen nuestros pequeños.
Los invito a todos a que nos hagamos consientes y responsables, a los papás que se vean impulsados a poner a trabajar a sus niños, que busquen otras formas de proveerse de recursos y de buscar la forma de su sustento y la manutención de los mismos niños.
Que a los niños los dejen que vivan su infancia, que participen en la escuela, en la catequesis, que jueguen, se diviertan como niños y que vivan su infancia, que les garanticen una educación adecuada en su niñez hasta que sean personas que cumplan con una misión en la Iglesia y en el mundo.
Felicidades a todos los niños, y espero que en la sociedad nos esforcemos por evitar el trabajo y por hacernos más responsables de su educación y de su atención durante su infancia.
A los niños de manera especial a todos los papás y a toda nuestra feligresía y sociedad les hago llegar mi bendición.
R