Al momento de escribir esta colaboración, aún existía la incógnita de los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), incluso hasta de las encuestas de salida, pero no cabe duda, vaya jornada electoral vivimos este domingo 1 de julio; dicen que la más grande de todos los tiempos, pero la verdad, también uno de los procesos electorales más sangrientos, por los asesinatos de tres candidatos a presidencias municipales tan sólo en Michoacán, entre otros atentados.
En general, el ambiente en la ciudadanía era de preocupación por los hechos suscitados, aunado a los incidentes del propio día de la elección, con personas armadas robando material electoral en Charo y en Tarímbaro, además de las urnas quemadas en Chilchota por comuneros indígenas, que daban la nota el día de ayer.
Se registra gran afluencia
Sin embargo, y para beneplácito y sorpresa de muchos, en las urnas en general se registró una gran afluencia; en Morelia, familias enteras se apersonaban a su casilla correspondiente para emitir el sufragio; jóvenes que por vez primera se disponían a votar, gustosos llegaban a la cita con la democracia para hacer valer su derecho cívico. De verdad, fue un gusto recorrer algunas de las casillas en la capital michoacana y observar las largas filas de la gente para realizar su voto, no se diga en las casillas especiales, que estuvieron repletas y las boletas de plano no alcanzaron.
De acuerdo con el vocal ejecutivo del INE en Michoacán, David Delgado Arroyo, "la jornada se realizó de manera exitosa, con una gran afluencia en las casillas, sobre todo en las casillas especiales, y mira que en algunas comunidades indígenas no las querían, pues en Morelia hasta hicieron falta más", nos decía en entrevista.
Partidos políticos en crisis
Sin embargo, algo que debe preocupar mucho a los partidos políticos se dejó escuchar en los pasillos de las diversas casillas instaladas; "yo voy a votar por el candidato, no por el partido", señalaban muchos ciudadanos francamente decepcionados de los institutos políticos, por lo que la presente elección debe ser un parteaguas para los partidos, deben ser motivo de una reflexión profunda para que sean objeto de una verdadera reestructura, que motive a recuperar la confianza del ciudadano, y eso sólo se puede de una manera: recuperando los valores y la congruencia.
No es posible que muchos de los candidatos se la hayan pasado descalificando a sus oponentes, como un concurso de ver cuál de todos es el menos corrupto; no es posible que personas con dudosa reputación hayan sido postuladas por los propios partidos, dejando al electorado con opciones paupérrimas y de muy bajo perfil.
Si los cargos de elección popular, en general, se siguen ostentando de manera irresponsable, con componendas, con actos de corrupción, con impunidad y hasta nepotismo, entonces habrá un grave riesgo en la próxima elección, el hartazgo podría llegar a niveles muy graves.
Un cargo político debe de ser medido, evaluado y valorado como el de un "gerente" de una exitosa empresa; si dan resultados y beneficios al patrón (en este caso el patrón seríamos los ciudadanos), entonces deben continuar en el cargo, pero si el "gerente" no es productivo, no genera resultados positivos y además es un ladrón o un flojonazo, pues hay que despedirlo. O sea que en la próxima reforma electoral es ineludible el tema de la revocación de mandato.
En las #Elecciones2018 no hay espacio para el fraude: Lorenzo Córdova
Que así sea, que de una vez por todas no exista sombra o duda, que los resultados, por holgados o apretados que sean, se verifiquen, sean verdaderos, que ya se aleje de una vez por todas y para siempre eso de "se cayó el sistema", eso de "la compra de votos" y los actos de mapachería y triquiñuelas electorales que tanto daño nos han hecho.
El INE debe recuperar la época dorada que vivió en cuanto a confiabilidad, de los años del maestro José Woldenberg; ciudadanizarlo aún más y que deje de ser una tentación para los partidos políticos que buscan tener consejeros a modo y que responden a todos los intereses, menos a los intereses ciudadanos.
Nos falta mucho para consolidar esta incipiente democracia, mucho; pero de una vez por todas se deben sentar las bases para que en México se tenga una madurez política electoral de primer nivel, que permita a avanzar de manera sustantiva.
Una vez terminado el proceso, la vida sigue, el trabajo, la familia, nuestras actividades cotidianas; no vale la pena, por una elección o un candidato, dividir a los mexicanos, a los michoacanos.
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