Por: Josimar Lara/@josimar2188
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Él no juega, pero todos lo reconocen; no tiene el brazalete de capitán, pero sabe dirigir a toda una grada. Si hablamos de fidelidad a un equipo, él es la descripción perfecta. Cuando escuchas Monarcas Morelia, o Atlético Morelia, sin duda has oído hablar de El Semillas.
En el partido entre Monarcas y Atlas, El Semillas llega temprano a la cita al estadio Morelos; falta poco más de una hora y media para el partido, pero él tranquilamente prepara sus bolsas de semillas, habas y cacahuates, para vender ese día. Los aficionados que entran por la puerta 1 no dudan en acercarse a comprarle.
"Fue la propia gente la que me puso el apodo; me comenzaron a decir 'semillitas'; de ahí se me fue quedando", recuerda mientras reposa unos minutos en las escaleras de la puerta 1, antes de iniciar el encuentro y comenzar su jornada laboral.
Aunque es algo que lo caracteriza, en esta ocasión no anda disfrazado, solo porta la playera rojiamarilla, pero por su cabellera y larga barba blanca, no pasa desapercibido para las personas, quienes bromean con él.
"¿A poco ya subiste el precio?; ya las das bien caras, Semillas". "¿Por qué eso no dijiste cuando te las tiraron? –responde él.
A su paso por las zonas General y Preferente, El Semillas es reconocido; muchos le gritan para comprarle una bolsita de cacahuates o semillas de girasol, y responde al llamado; incluso, si quien le gritó está a cinco metros de distancia, no importa, sus lanzamientos son más certeros y precisos que el mejor centro delantero que hay en la cancha, lo que hace que en ocasiones se lleve los aplausos o el reconocimiento de uno que otro hincha.
Él reconoce que antes de vender semillas iba al estadio Venustiano Carranza como un aficionado más del entonces Atlético Morelia; tal vez por esos años, por seguir al equipo es que sabe cómo animar al resto de las gradas.
"¡A la bio, a la bao, a la bim bom ba!, ¡Morelia, Morelia, ra, ra, ra!", es su grito de guerra; nadie lo expresa con tanta pasión como él, por ello el resto de los aficionados le pide: "¡aviéntate una porra, Semillas!", cada que lo ven.
El Semillas es consciente del papel que juega en las tribunas, al grado de que si nota que un partido está tenso, es capaz de bromear y decir que le va al odiado rival: las Águilas del América.
"Es mentira que le vaya al América, ese equipo es el más odiado; la gente no lo quiere porque compraba todo, o cómo se la hizo al Morelia con los penales allá (en la temporada 87-88)", aclara para todos aquellos que dudan de su lealtad al equipo michoacano.
"Yo digo que arriba el América, pero lo hago para que me la miente la gente; si están muy tristes porque su equipo no juega o no gana, yo les grito esto, y luego luego se enojan; me gritan ¡fuera!, pero se alegran, aunque sí me mientan la madre, pero los hago despertar", explica entre risas.
Aunque admite que ya no ve los juegos porque se pone nervioso, la realidad es que pocas veces El Semillas tiene tiempo para ver tranquilamente un partido, ya que en su andar no falta quién le pida una foto, ya sea por el disfraz que llega a ponerse o simplemente por tener un recuerdo con uno de los personajes más icónicos que tiene el Morelia.
"Muchos me dicen 'cóbrales'; ¿yo para qué quiero dinero?, yo soy más feliz así. Que me piden una foto, órale; luego si cobro me hago más 'chiva', soy feliz así, con mis semillitas, con mi dinerito, muy mío, y me las compran de buen corazón, para qué quiero más", recalca ante las versiones de que se ha negado a tomarse un retrato.
El tiempo no pasa en balde; con sus más de 70 años, El Semillas revela que en ocasiones ya no aguanta el ritmo de vender en todo el estadio durante 90 minutos, pero a pesar de la edad, no dejará de apoyar a Monarcas, por más rumores que existan de una posible venta del club y cambio de sede.
"Tengo una buena gargantilla todavía; inflo los pulmones para que no se me 'apachichen', porque una vez que eso pase, ya me llevó la canilla", dice.
El árbitro central ha pitado el final de los 90 minutos del partido, El Semillas grita la última porra de la noche; pero deja algo en claro:
"hasta que Dios me dé licencia apoyaré al Morelia; no puedo cambiar a otro equipo, porque es un deporte muy bonito, muy alegre, ¿cómo voy a cambiar?".
Por cierto, por más que le preguntamos su nombre verdadero, no lo reveló.
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"Me gusta que me digan Semillas o Tarímbaro; no digo mi nombre porque a veces hay apuestas en las radiodifusoras, que quien sepa le doy tanto. Una vez llegó a un millón (de pesos), y si lo doy, la gente lo va a traer apuntado". Se despide, mientras porta orgulloso su playera del Morelia.
CA
